El segundo derbi sevillano de la temporada no defraudó. Es más, se acercó más que el de la primera vuelta a lo que la mayoría espera de un duelo cainita sin parangón en Europa ni seguramente en el mundo. Más igualdad que la que se desprende de la clasificación, más intensidad que fútbol, alternativas en el juego, el dominio y las ocasiones... y, por supuesto, polémica.
Estrictamente hablando, no hay dudas sobre la posición ilegal de N'Zonzi en la acción previa al 1-2, que, por tanto, debió ser anulado. Como tampoco con la legal de Álex Alegría en el encuentro disputado en el Sánchez Pizjuán, si bien allí las cámaras de televisión matizaron ese error arbitral demostrando que el placentino pudo haber recibido en fuera de juego al principio de una larga jugada que acabó en el 1-1, finalmente invalidado por Estrada Fernández.
Ése sería el trazo grueso del análisis. Yendo al detalle, el bético estará indignado por la enésima derrota ante un eterno rival que tenía contra las cuerdas al descanso. Decisiones del colegiado aparte, la racha en la que se encuentra inmerso el equipo de Víctor cobra tintes peligrosos ya, mientras que Sampaoli volvió a demostrar que tiene soluciones para sus propios errores de lectura en los partidos. Y su equipo, firme en la cima.
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