Analizado independientemente, el partido de este sábado ante el Eibar genera en el beticismo cierta decepción. Los armeros fueron mejores durante muchas fases del partido, incluso pese a ir perdiendo desde muy pronto, hasta el punto de que, penalti discutible aparte, los de Mendilibar perdonaron en varias ocasiones.
El punto, en realidad, es bastante meritorio, además de permitir a los heliopolitanos alargar su racha de encuentros oficiales sin perder -van ya siete, con sólo una derrota en los últimos doce- y concluir 2018 en zona europea.
Habrá quien pida más a la que, para muchos, es la mejor plantilla de la historia del club, si bien lo igualada que está LaLiga, con los grandes cediendo puntos ante rivales impensables otros años, propicia que la marcha bética deba ser valorada en su justa medida. Con perspectiva, hay margen y motivos para seguir soñando.