Nada se ha perdido

Viendo el resultado, sólo se puede lamentar. Viendo cómo fue el partido, sólo queda analizar por qué un encuentro que estaba controlado en el marcador y sobre el campo se volvió caótico en los últimos minutos, sobre todo cuando el Betis tenía el monopolio absoluto de la posesión.

Pese a los lamentos y a que no se puede dejar escapar un encuentro que se ha puesto tan de cara, de lo que no se puede hablar es de injusticia. El Valencia llegó tantas veces como el equipo de Setién y, aunque el 2-2 pueda parecer excesivo, los números dicen lo contrario.

Y viendo el devenir de esta primera parte de la eliminatoria aún se puede apelar al optimismo, porque el Betis iba a jugar en Mestalla de igual forma tanto si ganaba como si sacaba el resultado con el que ahora viaja. Irá a dominar y a marcar goles. Nada se ha perdido aún.