La ciudad, representada por dos de sus barrios más emblemáticos, lleva siete meses largos esperando el derbi. Un parto que nunca será prematuro si antecede a su Semana Grande, pero que sí se ha convertido en una especie de 'via crucis' en Nervión. El 1-0 final en el Benito Villamarín allá por el 2 de septiembre de 2018, gracias a un gol de Joaquín cuando el empate parecía el resultado más probable, escoció sobremanera en rojiblanco.
Por el momento y por la polémica acción previa entre Pau López y Roque Mesa que costó la expulsión al canario, luego anulada por los comités de la RFEF. Hay, por tanto, ganas de redención en el Ramón Sánchez-Pizjuán, con el picante que añade la presencia en el banquillo local de Caparrós y la posibilidad de reafirmar sus opciones europeas a costa de acabar de un plumazo con las del eterno rival.
En el bando heliopolitano, el Sábado de Pasión puede convertirse de un plumazo en un improvisado Domingo de Resurrección. Triunfar en Eduardo Dato de nuevo no sólo convertiría a Quique Setién en 'Mister Derbi', sino que ratificaría la recuperación a tiempo de un Betis con hambre de volver a sellar su pasaporte. Nos espera un derbi apasionante, un partido con muchas imitaciones, pero sin parangón en España y seguramente en el mundo. El original. En materia de rivalidad, no hay color.
Estadio Deportivo2 min lectura