Las remotas opciones de entrar en Europa y de aliviar la crispación se esfumaron anoche con un empate agónico que confirman que el proyecto se ha agotado. A Setién se le cayó el equipo hace un tiempo y no ha conseguido recuperar las sensaciones positivas que los suyos han llegado a ofrecer en varias fases de este campeonato y la temporada pasada.
Los futbolistas han perdido por completo la confianza y ahora se afronta una recta final que se hará demasiado larga, pero que permitirá ganar tiempo para tomar decisiones primordiales de cara a la campaña próxima. No en caliente.
Con la mente fría por la trascendencia de cada paso que se dé en este momento, con las ideas lo suficientemente claras y con coherencia para construir un proyecto con la base del actual para devolver esa ilusión que había invadido a los béticos no hace demasiado. La alta cúpula debe reflexionar, hacer autocrítica y ponerse de inmediato manos a la obra. No hay otra.
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