No existe un mejor escaparate ni un momento más idóneo para reconciliarse con el gol que en un derbi hispalense. Borja Iglesias y Luuk de Jong lo necesitan con urgencia y la cita cainita se presenta como una oportunidad pintiparada para ganarse a sus respectivas aficiones y, por ende, derribar ese muro que les separa de su indiscutible olfato goleador.
Porque ambos han exhibido durante su carrera un acierto demoledor de cara a la portería que ahora se les resiste, lo que en ningún caso significa que lo hayan perdido. Únicamente precisan recuperar la confianza para sentirse cómodos en su hábitat natural, el área, y desinhibirse.
Una vez apartada la pesada losa que les presiona, posiblemente se verá la versión más afinada de estos dos 'killers'. Y el derbi, con todo lo que conlleva, se antoja el día perfecto para despertar.