La maquinaria de la
dirección deportiva sevillista nunca se detiene. Trabaja durante todo el año con múltiples seguimientos a todos los niveles para afrontar los
mercados de fichajes con toda la información necesaria para minimizar el margen de error.
Monchi piensa a corto y largo plazo y sabe la importancia de detectar el talento o el rendimiento potencial por delante que el resto para fichar antes de que su precio se dispare a cifras imposibles.
De ahí que se fije en futbolistas como Ibrahima Diallo, muy prometedores y destacados en equipos menos mediáticos.
Se trata de
mirar al futuro con el ahora muy presente en todo momento, sabiendo que son jugadores a los que más adelante quizás ya no va a poder aspirar económicamente y que, a pesar de su juventud, podrían ofrecer un
rendimiento inmediato muy alto y dejar luego
jugosas plusvalías.