Qué grande tiene que haberse hecho el Sevilla para que los suyos dediquen más tiempo a señalar las pocas cosas que el equipo hace mal, que en celebrar las muchas que realiza bien. Puede que esta exigencia sea excesiva; pero suele ser tan superior a sus rivales, que es normal que su gente exija que el marcador refleje esa superioridad.
No ya ante el Apoel de turno (la derrota del jueves, más allá de romper la racha, era anecdótica), sino contra todos esos clubes de LaLiga que llegan al Sánchez-Pizjuán a plantear una ‘Escape Room’ en la que a Lopetegui y a los suyos, impenetrables atrás pero con una preocupante falta de pegada arriba, les cuesta un mundo hallar una salida.
Mientras las cifras sigan dando, nadie pondrá un pero a este proyecto; pero para tildarlo de ganador, el Sevilla debe mostrar más el colmillo, ir a por su rival sin especular, sin darles tiempo a juntar líneas y cerrarse. El Barça pinchó en Donosti y el Madrid va a Valencia. A la salida de la ‘Escape Room’ se ve el liderato.
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