Sólo han pasado tres meses de competición y Unai Emery se someterá el domingo al tercer plebiscito ante su afición. Ante el Rayo lo superó de manera holgada y el gol ‘in extremis’ de Rakitic frente el Almería evitó la primera gran pitada de la temporada.
Será otro gol en los minutos finales, el de Vitolo en Liberec, el que rebaje la tensión ante Osasuna, pero el aviso está dado. Hasta el presidente ha pedido una reacción urgente y los seis partidos consecutivos sin perder sólo suponen un dato que no consuela al seguidor sevillista. En Liberec se volvió a ver a ese Sevilla endeble al que apenas hay que crearle ocasiones para que reciba un gol y que se muestra impotente ante equipos bien organizados, un guion habitual también en el campeonato doméstico.
Lo volverá a vivir en el Pizjuán ante el penúltimo de la tabla, lo que implica la obligación de vencer y convencer. Un punto más de presión para un equipo al que ni los resultados aportan algo de serenidad.
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