Ahora que casi todo está perdido empezamos a ver a un Betis que discute todos los partidos aunque esté muerto físicamente, aunque se mida a equipos que le aventajan en 48 puntos o que cuentan con el beneplácito arbitral partido tras partido. Ahora que casi todo está perdido, el Betis pierde por detalles y no por costumbre, por un tiro al palo que siempre es repelido para fuera y otro que se marcha imparable a la red, por un fútbol que ha castigado todos los muchos errores de la entidad y ha sido cruel en los aciertos.
Ahora que casi todo está perdido, pero hay un portero, un pulmón en el centro del campo y un entrenador que ha logrado equilibrar al equipo y ganar el respeto para un conjunto que marcha colista quizá podamos ver a un Betis más liberado, competitivo cada fin de semana sin hablar de milagro en cada comparecencia. Habrá tiempo para eso si las matemáticas lo permiten.
Estadio Deportivo
