Con todo lo que se ha hablado del Coke por Mariano durante la temporada y al final los dos se aliaron para ser protagonistas en la final de Basilea. Los dos juntos. El brasileño abrió el camino de la remontada con un caño antológico a Alberto Moreno y Coke lo cerró con dos golazos.
Banega dio otra clase magistral con el balón, Gameiro marcó su gol y Vitolo apareció en la final, al igual que en la de Varsovia, pero esta vez se llevó Coke, MVP de la final, la gloria individual. Aunque la desdeñó pronto, pues si algo ha aprendido este EQUIPO es que la gloria deportiva la dan los éxitos colectivos.
Merece Coke el reconocimiento a estos años en los que ha dado la cara en los malos momentos, que los tuvo, y en los buenos. Un jugador que representa el alma de un vestuario que no se cansa de ganar. Que aún tendrá oportunidades de escribir más páginas doradas de la centenaria historia del Sevilla.
Enrique García
