El eje del corredor

El eje del corredor
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 6 min lectura

Muchos de los problemas por los que los corredores acuden a consulta, pese a que se manifiestan en espalda o piernas, tienen su origen en la zona de los glúteos. Eso salvo que haya una mala biomecánica del pie y estén ambos implicados en las lesiones más frecuentes del corredor.

Así lo certifica la experiencia como técnico en el running que atesora Francisco Javier Angulo Fernández, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por el INEF de Madrid, diplomado en Dietética y Alimentación Humana por la Universidad de Navarra, entrenador nacional de Musculación y especialista en Dietética Aplicada al Deporte por la Universidad de León. En la actualidad es preparador físico y nutricionista del equipo de balonmano Helvetia Anaitasuna, que disputa la Liga Asobal.

La cadera del corredor constituye la zona de transición más compleja del organismo running. Sin ser responsable principal del movimiento, se encuentra en el punto de unión entre el motor central superior (sistema cardiorrespiratorio) y los productores finales del movimiento (sistema muscular). Esto hace que tengan importancia capital en la fijación de la cadera con el fémur. Si estos dos sistemas no están perfectamente conectados y fijados, los problemas no tardarán en aparecer.

Si esta zona de glúteos y cadera se encuentra contracturada o bloqueada, todo el sistema nervioso y arterial que atraviesa esta zona y los músculos de las piernas que dependen de ellos no trabajarán correctamente. Así se provocan una serie de patologías y consecuencias en las piernas: Síndrome del piramidal, Tendinitis Inserción del Trocánter, Bursitis, Pinzamiento del ciática en diferentes grados, Contracturas musculares, Tensor de la fascia lata, mala circulación y mala recuperación a más esfuerzo

Otra patología que asocio al glúteo es la unión del bíceps femoral o rural, el semimembranoso y en semitendinoso, más conocidos como los isquiotibiales, por su unión en los ísquiones. El acortamiento o contracturación de estos músculos provocan un dolor agudo en la inserción del isquión, zona del glúteo. La falta de capacidad de elongación en los isquiotibiales suele ser la responsable de las consiguientes patologías lumbares y de dolencias discales de dicha zona.

Los principales orígenes de las dolencias pueden ser: falta de musculación, musculatura laxa, acortamiento músculofascial, abuso de carga entrenamientos, mala preparación física, zapatillas inadecuadas y/o técnica de carrera inapropiada.

Algunos consejos podrían ser:

1) Verificar si la zapatilla es correcta o no. Llevar unas zapatillas inadecuadas puede causar muchas molestias y lesiones a corto plazo. Uno de los problemas hoy en día en el running es este aspecto. Ojo con lo que compramos.

2) Corregir y consolidar la técnica de carrera para ver qué puede fallar en tal aspecto con la ayuda siempre de un especialista.

3) Ganar la elasticidad perdida y compensar dicha elasticidad. Los acortes musculares son los causantes de la mayoría de las lesiones.

4) En caso de tener pierna más corta, hay que realizar una exploración de la pelvis y las piernas mediante test y telemétrica para valorarlo, cuantificarlo y corregir en caso de que sea necesario.

5) Un test, tanto de pie como tumbado, sirve para valorar los desequilibrios pélvicos, fémur, rodilla, tibias y pies. Sería suficiente con el test de hall y test de ELY. Otra forma más segura de ver los acortes músculofasciales es a través de la K-STRETCH.

6) Breve descanso activo, tratamiento de masajes y estiramiento para normalizar las tensiones y reducir los acortes músculofasciales.

7) Maniobras y técnicas para la descarga de los rotadores de la cadera Técnica T.Jones.
Maniobra TE Poorten

8) Estiramiento global a través de K-STRECH, uno de los métodos más eficaces hoy en día para estirar.

En definitiva, es necesario que el corredor no preste sólo atención a las piernas cuando manifiestan una molestia, sino que se haga también hincapié y valore la implicación de las estructuras que componen la zona de los glúteos. La prevención y aplicación de medidas adecuadas a esta disciplina se han de completar tanto con unos estiramientos diarios correctos como con masaje y terapias aplicadas con frecuencia.

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