Adam Tenforde, médico especialista en medicina deportiva de la Universidad de Harvard, ha dado una serie de recomendaciones a la hora de correr o practicar running, tanto en lo que se refiere a la intensidad como a la distancia.
Corres es una práctica deportiva muy habitual en la rutina de muchas personas. Y no hablamos de deportistas profesionales, sino de gente que acostumbran a correr para mantenerse en forma.
Con el paso del tiempo, los corredores habituales pueden preguntarse si hay un límite o una frontera que no cruzar para que siga siendo segura. Especialmente si las molestias de la edad han comenzado a aparecer o, incluso, a hacer ya mella en sus cuerpos.
El doctor Adam Tenford, que dirige la medicina del corredor en el Hospital de Rehabilitación Spaulding, ha compartido su visión. Según Tenford, no existe un cantidad de ejercicio exacta que podría marcar la frontera con una posible lesión.
Sin embargo, diversos estudios sobre lesiones por estrés ósea comentan que correr más de 32 kilómetros a la semana puede aumentar el riesgo a sufrir lesiones. Una cifra que, por tanto, se ha convertido en una referencia, aunque no existe una regla estricta al respecto.
Lógicamente, muchos son los corredores que superan esa marca; por ejemplo, los que entrenan para un maratón. Por ello, la clave está en el equilibrio, tal y como apunta el doctor Tenforde: “Todo se reduce a la relación riesgo-beneficio”. Es decir, asegura que existe un riesgo al correr grandes distancias, pero que los beneficios pueden superar a los posibles inconvenientes que aparezcan, siempre que se tomen las precauciones adecuadas. Algo parecido al falso mito de los mil pasos dirios.
En su opinión, los corredores siempre deben conocer los límites que marca su propio cuerpo y, en base a ellos, adaptarse. Por ello, los ejercicios siempre deben ser adaptados a cada persona y a cada momento de la vida.
Hay corredores que siguen haciéndolo pese a padecer artritis de rodilla o cadera, algo que es posible si se optimizan los movimientos y la mecánica de las articulaciones. La clave, como siempre que se habla de lesiones, es minimizar el dolor y la inflamación, evitando cualquier posible daño mayor.
Si el dolor comienza a ser un compañero habitual a la hora de practicar la carrera, lo apropiado es ajustar la rutina para así evitar lesiones graves. Según el doctor Tenforde, no hay ningún motivo que justifique el dejar de correr, salvo que el cuerpo no te lo permita por motivos aparentes.
Correr es una práctica deportiva que ofrece una amplia variedad de beneficios, tanto para la salud física como para la mental: