El análisis del Sevilla-Real Madrid

Una idea con varias fórmulas

Fernando MateosFernando Mateos
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Una idea con varias fórmulas
- Fernando Mateos
Al contrario que Montella, Caparrós sí rotó. Lo hizo pensando en el maltrecho físico de sus jugadores y también en el derbi, dejando en el banquillo, entre otros, al apercibido Banega. Y sin el argentino, lógico, faltaba claridad.

Aunque con el plan que tenía preparado el utrerano, tampoco es que hiciera tanta falta. La premisa está clara: no encajar. Por ahí ha venido el gran déficit en esta Liga y solucionar ese grave problema está siendo el gran caballo de batalla del nuevo técnico blanquirrojo.

Un equipo al que le cuesta tanto marcar debe armarse desde atrás. Y eso busca este Sevilla, que dejó al Madrid tocar sin pudor y, lejos de presionar arriba, juntó líneas para que se jugara en pocos metros y transformaba el 4-2-3-1 en un 4-4-2 para defender con constantes ayudas, incomodando así a un conjunto blanco que, por suerte para los nervionenses, jugaba a un ritmo cansino. Con el balón, eso sí, era otra cosa. Se aseguraba mucho cada pase pero costaba llegar. Todo muy horizontal, sin riesgos. Pero esa precaución de Caparrós se fundamentaba en la convicción de que alguna caería. Y así fue en un balón largo de Pareja, primero, y en una rápida salida con el Madrid descolocado. No hizo falta más para irse 2-0 al descanso. Bueno sí, lo más importante, el acierto de cara a gol que tanto se ha echado en falta todo el curso, el mismo que volvió a faltar para 'matar' el partido tras el intermedio, cuando el utrerano puso dos puntas de inicio, para ir jugando luego con el reloj, cada vez más replegado, y acabar con un 5-4-1, aunque sería precisamente entonces, con tres centrales, cuando caerían los dos tantos de un Madrid que tiró de orgullo para apretar el marcador.
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