La Policía ha detenido en
Roma a un hombre, presunto autor de los disparos que hirieron a tres hinchas del Nápoles, uno de ellos de gravedad, que fueron tiroteados antes del comienzo de la final de la Copa de Italia, el sábado.
La Policía ha informado este domingo del arresto de
Daniele de Santis, un seguidor de la Roma de 48 años, que según las autoridades, había insultado a un grupo de hinchas del Nápoles. Cuando los aficionados respondieron a sus ataques, De Santis les disparó hiriendo a tres de ellos.
Uno de los heridos,
Ciro Esposito, se encuentra en estado crítico tras haber recibido un balazo en el pecho. Daniele de Santis está acusado de intento de asesinato y los tres heridos permanecen también detenidos.
Los disparos se produjeron en la calle, antes del comienzo de la final de la Copa de Italia que enfrentaba al Nápoles y a la Fiorentina y provocaron incidentes en el
Estadio Olímpico de Roma, donde los seguidores lanzaron bengalas y bombas de humo, lo que provocó retrasos en el comienzo del partido.
Los comentaristas han afirmado que la violencia previa al partido y el comportamiento de algunos aficionados en el estadio, donde los silbidos y abucheos de la afición ahogaron el himno nacional, han evidenciado el deterioro del fútbol italiano.
Las autoridades y los políticos han condenado el papel de los ultras del Nápoles, cuyo líder fue consultado por el capitán del equipo para que diese su autorización para que el partido comenzase.
"Lo que ocurrió ayer fue la rendición de las instituciones del país a los hinchas", ha dicho el exseleccionador nacional
Arrigo Sacchi. "Nadie quiere hacer nada porque tienen miedo de perder el apoyo, por lo que las soluciones son siempre pospuestas y luego olvidadas", ha añadido.
El ministro del Interior,
Angelino Alfano, ha dicho este domingo que estaba considerando introducir sanciones de por vida a los aficionados violentos pero muchos expertos sostienen que Italia necesita sanciones penales y la revisión de su cultura futbolística.
Muchos comentaristas han recordado este domingo la sugerencia que hizo el ex primer ministro
Mario Monti en 2012, que proponía la suspensión del fútbol profesional en Italia durante dos o tres años para poder prevenir incidentes de mayores dimensiones.
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