Estadio Deportivo5 min lecturaRedacción deportes, 3 nov (EFE).- Dos goles ante el Salzburgo (3-2), dos ante el Osasuna (1-3) y una segunda parte espectacular sin el premio del gol ante el Lokomotiv de Moscú (1-1) rubricaron una semana casi fantástica del portugués Joao Félix, erigido en faro del ataque del Atlético de Madrid y justificando su caché de figura.
El joven mediapunta de Viseu (Portugal), que en siete días cumple 21 años, ha ofrecido en los últimos siete días el repertorio de cualidades que hicieron al Atlético desembolsar la cifra récord de 120 millones de euros al Benfica portugués por su traspaso. Goles, regates, desequilibrio, personalidad y liderazgo.
Lo hizo ante hace seis días cuando lideró la reacción del Atlético ante el Red Bull Salzburgo austríaco para pasar de la derrota 1-2 al triunfo final 3-2; frente a Osasuna en El Sadar con dos tantos en la goleada por 1-3... Y en
Con Luis Suárez de nuevo como socio en el ataque, después de que el uruguayo contara con un partido de descanso en Pamplona, el 'Menino de Ouro' notó las dificultades que tuvo su equipo para construir juego en la primera parte, pese a lo cual llegó a protagonizar un remate de cabeza en los primeros diez minutos.
Ya con el 0-1 en el marcador, protagonizó su primera jugada de tiralíneas: una pared con Suárez por el centro que le permitió irse hacia la derecha y ceder hacia el inglés Kieran Trippier que estaba solo. El lateral le volvió a ceder el balón para que de un taconazo habilitara al argentino Ángel Correa, pero despejó la defensa rusa.
Con un pase habilitó a Luis Suárez para ponerse ante el portero ruso-brasileño Guilherme en el mano a mano, que desbarató el meta del Lokomotiv, aunque la jugada ya estaba invalidada por fuera de juego. Se desesperó ahí el uruguayo, que entendía que su compañero le tenía que haber cedido el balón antes.
Pero el tarro de las esencias aún no se había destapado. Sería en la segunda parte, cuando el Atlético salió a dominar y Joao Félix encontró un socio fundamental por la izquierda: el capitán rojiblanco Jorge 'Koke' Resurrección, en el banquillo en el inicio del encuentro, pero que saltó tras el intermedio por Saúl Ñíguez.
Con Koke volcado por la izquierda, el vallecano y el portugués forjaron una alianza de calidad. Se buscaron, sabedores que entre ellos se acumula la mayor cantidad de calidad e iniciativa que tiene este Atlético.
Joao Félix arrancó su exhibición del segundo tiempo por el costado zurdo, encadenando hasta tres recortes para poner un centro medido a la cabeza de Luis Suárez, que estaba quizás demasiado adelantado pero aún así conectó un cabezazo forzado que prácticamente se encontró Guilherme, aunque no iba a portería.
Era el primer aviso del portugués, porque a esa gran jugada le siguió en apenas cinco minutos un disparo desde fuera del área con la derecha a pase de Lodi que Guilherme sacó por encima de su portería con las puntas de los dedos.
Aún había más: un globo para la llegada de Correa en solitario no aprovechado por el argentino, un remate de cabeza a centro de Trippier que también requirió una actuación de Guilherme. En 20 minutos el portugués había destapado el tarro de las esencias, pero sin contar con lo más importante del fútbol: el gol.
Si lo tuvo su compañero Luis Suárez, tras un centro de Correa cabeceado por Koke al larguero que el charrúa remató a gol tras el rechace. Pero el '9' del Atlético estaba claramente adelantado. Tampoco le salió a Marcos Llorente con esa suerte en la que habitualmente acierta: el disparo desde fuera del área. Lo intentó, pero se marchó fuera de los tres palos.
Visto que su exhibición no tenía premio, pareció caer Joao Félix en la melancolía. Bien es cierto que en ese momento se produjeron los pequeños escarceos del Lokomotiv con el contragolpe y la lesión muscular de Víctor Machín 'Vitolo'.
Pero el portugués no dejó de intentarlo hasta el final. Incluso en el último minuto recogió el balón en el balcón del área, amagó y se fue hacia adentro para dejar un balón franco a Suárez ante Guilherme, pero el meta del Lokomotiv estuvo más rápido. Lo que parecía una semana fantástica se quedó en casi para Joao Félix.
Miguel Ángel Moreno