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Martín Presa, una década convulsa de éxitos, críticas y temas extradeportivos

Martín Presa, una década convulsa de éxitos, críticas y temas extradeportivos
Martín Presa, una década convulsa de éxitos, críticas y temas extradeportivos
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 7 min lectura

Madrid, 5 may (EFE).- El 5 de mayo de 2011, Raúl Martín Presa asumió la presidencia del Rayo Vallecano. Lo hizo tras convertirse en accionista mayoritario del club, anteriormente propiedad de José María Ruiz Mateos, dando paso a una década de éxitos y fracasos, críticas, altibajos y repleta de asuntos extradeportivos.

El dirigente madrileño llegó a la entidad asumiendo una deuda que rondaba los 40 millones de euros a falta de seis jornadas para concluir la temporada 2010/2011. El ascenso a Primera, única forma posible para la viabilidad de un club arruinado, estaba encarrilado y fue una realidad a las pocas semanas, aunque esa felicidad deportiva contrastó con la grave situación financiera que obligó al club a entrar en Ley Concursal solo un mes después.

La primera temporada, con José Ramón Sandoval en el banquillo, fue difícil y, de hecho, la permanencia se logró en el tiempo añadido del último partido de Liga frente al Granada con el llamado 'Tamudazo', el gol que marcó el delantero catalán en fuera de juego.

Las siguientes cuatro temporadas, de 2012 a 2016, dieron estabilidad al club en lo deportivo con Paco Jémez, con tres permanencias seguidas y un histórico octavo puesto en Liga en 2013, aunque terminaron con un abrupto descenso a Segunda que fue doloroso por la forma en qué se produjo, con las críticas de falta de profesionalidad hacía algunos jugadores.

En ese período, a nivel directivo, Martín Presa tuvo que lidiar con la gestión de un club en una situación financiera delicada de la que salió airoso transcurridos los años y con varios asuntos extradeportivos que coparon las páginas de los medios.

Uno de ellos fue el considerado por Martín Presa como "sabotaje" al club. Un corte de cables antes del partido contra el Real Madrid, el 23 de septiembre de 2012, que dio la vuelta al mundo y que impidió que hubiese luz en una parte del estadio y se tuviese que aplazar 24 horas el encuentro.

Otro fue el fallido intento de establecerse en Estados Unidos con una franquicia en Oklahoma que solo duró un curso en la Liga NASL y que al final acabó costándole dinero o las críticas públicas de Paco Jémez por la llegada del defensa chino Zhang Chengdong, en lo que el técnico consideró una imposición de un patrocinador.

La travesía en el desierto de Segunda fue más dura de lo previsto y, la temporada 2016/2017, fue para olvidar, con una peligrosa cercanía a los puestos de abajo que les terminó costando el puesto a José Ramón Sandoval y Rubén Baraja y que solo fue capaz de reflotar Miguel Ángel Sánchez Muñoz, 'Míchel', que un año después, en 2018, devolvió al Rayo a Primera logrando además el título de campeón de la división de plata.

La vuelta al Primera fue efímera. El Rayo volvió a descender en 2019 y, por el camino, la destitución de Míchel no fue amistosa. Su recambio, Paco Jémez, sumó un nuevo descenso con el equipo y, a la siguiente campaña, marcada por el parón de la pandemia de la COVID-19, tampoco llegó a disputar promoción. Su marcha se produjo con continuos reproches públicos hacía Martín Presa, que también afrontó las críticas internas de un vestuario incomodo con ciertas decisiones y que salieron a la luz.

Con un sector bastante amplío de la afición la situación está muy deteriorada desde hace años. Las críticas a su gestión, moderadas al principio, comenzaron a sucederse con más intensidad a mitad de estos diez años y hasta el día de hoy no han cesado en temas relativos a la cantera, el equipo femenino, la Ciudad Deportiva, el trato a los abonados o la seguridad y estado de conservación del estadio, actualmente en remodelación.

Uno de los puntos álgidos de esa confrontación entre afición y directiva llegó en enero de 2017, cuando el Rayo trató de incorporar a Román Zozulia. La afición se negó a su cesión por parte del Betis alegando motivos ideológicos de extrema derecha y nazis del delantero ucraniano. Al final, el jugador tuvo que retornar al Betis sin entrenar con el Rayo y, cuando regresó en diciembre de 2019 con el Albacete, los cánticos de una parte de la afición vallecana hacía él provocaron que el árbitro decidiera suspender el partido. Tras conocer la multa de la RFEF, Martín Presa dijo que se estaba "maltratando al club, que era inocente de los cánticos de unos pocos".

El último encontronazo entre afición y directiva se produjo hace solo una semana. Fue tras recibir en el palco del estadio de Vallecas a Santiago Abascal, secretario general de VOX, y a Rocío Monasterio, la candidata del partido a la Comunidad de Madrid.

Durante estos diez años de Martín Presa también son recordadas algunas de las camisetas que lució el equipo en ocasiones. Una de ellas, la de la temporada 2015/2016, la plantilla lucía una segunda equipación de color negro con franja arcoíris, representando cada color un motivo como la lucha contra el sida, la orientación sexual o la integración de las personas con discapacidad.

Por delante, Martín Presa tiene varios retos. A nivel deportivo tratar de que el equipo regrese a Primera y a nivel directivo gestionar la difícil relación que tiene con la afición, muy arraigada con el club desde siempre pero que en los últimos tiempos mantiene un desapego constante con la directiva, a la que califican de poco cercana.

David Ramiro

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