La reciente
derrota ante el Ayamonte dejó un sabor amargo a la afición amarilla. El cuadro ribereño caía contra el cuadro fronterizo, que aún no conocía la victoria, nublando la soleada mañana en tierras corianas, que
solo tuvo una lectura positiva: el regreso del capitán, Rubén Sánchez.El atacante volvía a los terrenos de juego después de
tres meses. Atrás quedó una lesión importante (fractura del segundo y el tercer metatarsiano del pie derecho) que le ha tenido en el dique seco hasta el domingo. “A la hora de apoyar no me molestaba demasiado, pero
al golpear el balón veía las estrellas”, señala Rubén Sánchez, que vio su alegría empañada por la derrota final.
“Fue un resultado engañoso. Sin hacer un buen encuentro, creamos ocasiones y ellos vinieron a hacer su partido. Tuvieron dos oportunidades y metieron una”, manifestó.
Con la salida este verano de Juan, Jorge y Rubén Sánchez son los únicos supervivientes del último ascenso. El canterano ha vivido alegrías y sinsabores desde entonces, señalando que este campaña se abre una nueva etapa. “
La plantilla es muy joven. Se bajó el presupuesto y se marcharon muchos veteranos y esto se nota. En esta categoría hace falta gente veteranía. Pero de todos modos,
hay que tener paciencia”, declaró Rubén Sánchez, presto a tomar las riendas ofensivas del equipo.
“Estamos teniendo ocasiones, que es lo importante.
Con un poco de suerte, los goles empezarán a llegar. Prefiero jugar por detrás del punta, pero otros años lo he hecho arriba. No tengo problemas”, apostilló.