Ezequiel, de la presidencia del Paradas al terreno de juego

En el mundo del fútbol son conocidos varios casos de entrenador-jugador. De los más relevantes fue el de Vialli en el Chelsea hace varios años, entre otros, como el del holandés Edgar Davids, que asume ambas funciones en el Barnes inglés (equipo en el que estuvo cerca de firmar el utrerano Rubén Cruz, ahora en el Albacete, el pasado verano).


Sin embargo, es menos usual que un presidente baje al campo a... jugar. Este es el caso de Ezequiel Espinar. El gran jugador paradeño, la referencia goleadora en el último lustro albivioleta junto a Óscar, asumió la presidencia de la entidad del Joaquín Espinar Reyes el pasado verano ante la marcha de Juan Carlos Jurado.


Junto a varias personas más de su confianza dio un paso al frente, no pensando que meses después volvería a ponerse las botas. “En un principio no se me pasada por la cabeza jugar, pero el entrenador me insistió y me dijo que me iban a hacer la ficha. Consulté si podía compaginarlo y antes de que acabara la pretemporada comencé a entrenar”, declaró el paradeño, que por una sanción no ha tenido continuidad hasta ahora.


Su peso en el juego comienza a notarse, tal y como demostró el pasado domingo, anotando un ‘hat trick’ frente al Bellavista. Sin embargo, aclara que no tiene ningún trato de favor: “Al revés. Empecé en el banquillo; con eso de ser presidente tengo que dar ejemplo”, asegura entre bromas el goleador del club de La Campiña.


Manifiesta que “es más difícil ser presidente”. “Siendo jugador te preocupas del fútbol nada más, pero siendo presidente hay que buscar muchas cosas más. Hay que pelear”. En el plano deportivo, señala que: “En casa estamos muy fuertes; el problema es fuera, donde nos hacen goles con mucha facilidad. Y en lo institucional, apunta que: “Fue un verano movido, aunque ahora todo marcha bien”.