El
fútbol acerca culturas y rompe fronteras. Ver cualquier equipo europeo de primer nivel es suficiente para comprobar que las banderas se mezclan, dando como resultado una amalgama de nacionalidades con un lenguaje común: el del balón. Sin embargo, el balompié modesto también encierra historias de esta índole, y basta con acudir a
San Juan de Aznalfarache para comprobarlo de primera mano.
Allí juega un internacional con Armenia, un remoto país del que poco o nada se conoce en
España. Se trata de
Furman Melkonyan Abrahamyan, hijo de inmigrantes armenios que tiene el mismo sueño que muchos chavales españoles, el de llegar a algún día a ser jugador de fútbol profesional. "Soy
armenio de sangre, pero llevo en
España desde los cinco años y parezco de
Utrera", dice entre risas
Furman, nacido en
Gyumri hace 18 años, y dándole patadas a un balón desde que tiene uso de razón.
Empieza con nueve años en
Castilleja de la Cuesta, y de ahí pasa al
Sevilla de la mano de
Ernesto Chao. En la cantera nervionense está hasta los 17, cuando decide salir hacia el San Juan, donde le espera el
Liga Nacional Juvenil de
Óscar Olomo. "Él me dio mucha confianza, sacó de mí cosas que no sabía que podía hacer", dice Furman del entrenador, quien, a su vez, también tiene buenas palabras para el futbolista: "Siempre entrena a tope y actúa como un profesional; me gustaría tener más jugadores como él".
Su buen hacer con los juveniles despierta el interés de un recién llegado al primer equipo como
Juan Carlos Menudo, quien le hace debutar en Tercera la temporada pasada, en un empate a dos con el
Cabecense. Y esa confianza por parte del técnico la sigue teniendo, ya que ha jugado de inicio los dos últimos partidos del
San Juan, ambos con victoria auriazul. "El míster cuenta mucho con la cantera, y le agradezco que lo haga conmigo. Es un motivador nato, y cada entrenamiento con él es como si fuera un partido", dice
Furman de un Menudo que le augura un buen futuro al zaguero: "Es fuerte y rápido y vive para el fútbol. En unos años será un futbolista importante en
Tercera, incluso puede que en categorías superiores".
De momento, lo es para su país, como bien demuestra su presencia hace dos años con la
sub 17 de Armenia para disputar la fase de clasificación del
Europeo de esa categoría, así como la llamada que recibió el pasado verano para un amistoso con la sub 19, a la cual no acudió por una lesión en un hombro. "Por la edad que tengo, y también por la mili, que en
Armenia es obligaoria, ahora no puedo entrar en el país, aunque espero poder hacerlo con las invitaciones para ir a la
selección", señala el sanjuanero, a la vez que destaca el crecimiento que ha experimentado el fútbol en su tierra: "Hace unos años no se conocía mucho del fútbol armenio, pero ahora hay jugadores por toda Europa, como
Mikhitaryan (Borussia Dortmund) o
Movsisyan (Spartak Moscú), y eso está subiendo el nivel. Cuando fui por primera vez a jugar allí pensaba que iba a ser algo de poca categoría, pero no fue así".
Pero ahora lo que toca es centrarse en el
San Juan, donde Furman se considera "un mandado" por alternar el juvenil con el sénior, y con el que espera seguir creciendo. "Empezamos con dudas porque la gente no confiaba en nosotros, pero hemos ido demostrando cada día
trabajo y
sacrificio y que este equipo no da un balón por perdido, y los resultados lo corroboran", señala este interior diestro reconvertido en lateral, que tiene muy claro qué ser en la vida: "Quiero vivir del fútbol, no ser una estrella, sino despertar cada día y decir que vivo gracias a mi trabajo, que es este deporte y a lo que me llevo dedicando desde niño".
Y por si falla el plan del balón, siempre quedarán las
aulas, donde
Furman se prepara para estudiar
fisioterapia o
preparación física. De una forma u otra, pero el balón siempre en la mente de este hispano-armenio.
Un hispano-armenio que tiene claro sus orígenesA pesar de tener la nacionalidad española,
Furman no se ciega por los recientes éxitos de la
'Roja' y tiene claro a quién defender. "
España que gane todo lo que quiera, pero no le tengo el sentimiento que sí le tengo a
Armenia. Nací armenio y lo seguiré siendo", apunta el lateral, para quien "no es algo imposible" debutar algún día con la
absoluta de su país de origen, su "sueño": "Tal y como me están yendo las cosas, lo puedo alcanzar, pero hay que trabajar".