El fútbol es un deporte del que cuesta despegarse, aun cuando pueda parecer que tengas una edad lógica de retirada tras toda una vida dedicada al balompié. Este es el principio de la historia de
Jesús Rastrero Fernández, de 38 años, futbolista del
Diablos Rojos y camionero de profesión. Este veterano jugador alterna el deporte con su trabajo, una profesión difícil de compaginar con la práctica diaria del deporte, pero no imposible. "Es complicado porque los horarios del camión me tienen pillado. De hecho, he tenido que decir que no a otros equipos de categoría superior", relata.
Otro hándicap es el tiempo, algo que
Jesús no puede perder en su día a día: "Soy repartidor de revistas de prensa. Entro a las tres o cuatro de la mañana, y llego sobre el mediodía. Salgo del camión, descanso un poco y a entrenar. Esa es mi rutina".
Respecto a esto,
Jesús agradece a
Antonio Ortega, el míster, su comprensión, ya que hay días que el centrocampista sale antes del entrenamiento para poder descansar antes de volver a subirse en el camión: "No puedo perder tiempo, porque no tengo tiempo para perderlo".
Así, el horario del rojillo podría considerarse como partido, ya que gestiona las horas de sueño, trabajo y entrenamientos para poder tener un día equilibrado, aunque la rutina antes mencionada hace que el esfuerzo sea extra: "Los hábitos los llevo bien porque ya son muchos años, pero sigue costando trabajo. Son muchas horas en el camión de noche, cansa mucho, pero luego llegas al campo y estás con un buen grupo".
Jesús lleva toda una vida ligado al camión, desde los 20 años, y por ende, a la carretera, recorriendo a diario 500 kilómetros, todo ello compaginado con el balompié, dejando atrás una estela de equipos y categorías en el fútbol provincial.
Con el paso de los años, vio que no podría ganarse la vida con el fútbol, por lo que decidió dedicarle cada vez más tiempo al camión, llegando a gestionar hoy en día dos unidades para su empresa: "Con 27 años vi que del fútbol no iba a darme de comer y me metí de manera más seria en el camión, que ahora es mío, y con los años me compré otro. Hace dos años me hice autónomo, y yo gestiono la carga. Es un esfuerzo más porque estás pendiente de muchas cosas". Optimista, apuesta por el ascenso del
Diablos Rojos: "No bajaremos de los tres primeros".
"Estoy en el equipo por el míster"Agradecido al entrenador desde que llegó, desvela que su forma de trabajar le permitió poder estar en el
Diablos Rojos. "Estoy aquí por el míster", reconoce, mientras que
Antonio Ortega, su técnico, reconoce que el jugador "es todo compromiso, el primero que llega a entrenar". "Tiene buenas condiciones, pegada de segunda línea y va muy bien a balón parado. Ha marcado ya cuatro goles en la temporada". Respecto a los tantos,
Jesús ha apostado con el entrenador una cena si consigue superar las quince dianas, admitiendo
Antonio que la pagará encantado: "Ya estoy ahorrando, porque a este ritmo lo consigue".