El técnico bético afronta un partido especial sabiendo que de vencer, el botín será de más de tres puntos. El tema anímico será fundamental.
- Cinco derrotas en las siete primeras jornadas. ¿A qué se debió ese mal inicio?- Tenemos jugadores jóvenes y debutantes en la categoría; jugamos con equipos potentes, y hubo fallos defensivos fruto de la edad. Pero nos hemos ido adaptando. Ahora, competimos sin problemas y somos sólidos.
- ¿Hubo nervios?- Cuando no hay resultados, existe cierta intranquilidad, y la gente de fútbol tiene que estar capacitada para llevar este tipo de situaciones. Es normal que los resultados pongan en duda la capacidad del entrenador.
- ¿Cómo encaja Merino las críticas que pueda haber hacia el fútbol que practica su equipo?- Las formas en las que decidí jugar fueron para que los futbolistas no se sintieran intranquilos. Empleamos el juego directo para que el equipo se adaptase a la categoría. Volvería a tomar las mismas decisiones.
- De una forma u otra, pero la cantera del Betis siempre parece estar en el ojo del huracán.
- Este año sólo se han hecho dos fichajes, De la Hoz y Mosquera; el resto del equipo ya estaba. No ha habido riesgos y sí planificación, y sabíamos que los resultados tardarían en llegar.
- Es un Betis B muy joven...- Muy joven. Estamos orgullosos de Dani Ceballos, un juvenil que está en el primer equipo. Y, el otro día, pusimos a tres en Cáceres, y es importante que puedan jugar en una categoría tan competitiva como Segunda B. En el Betis B juega quien mejor lo haga en el División de Honor; y, en el primer equipo, quien mejor lo haga en el Betis B. Esto es una cadena en la que Julio Velázquez confía en Merino, y Merino en Pedro Morilla.
- ¿Ha visto peligrar su puesto?- No. En los peores momentos fue cuando más ayuda tuve del director de cantera y del primer equipo. Ahora se piden resultados, así que trayectorias como las de Esnaola o Cardeñosa, de 20-30 años, hoy son imposibles.
- Ahora, el derbi. ¿Qué sensaciones tiene?- Para mí es una final, y así quiero que lo vivan mis jugadores. Son tres puntos, pero a los aficionados les hace ilusión ganarlo, y vivimos para ellos.
- ¿Cómo transmite la amplia experiencia que usted tiene en derbis a jugadores tan jóvenes?- Ellos saben que con el derbi se me cambia la mirada. Cuando acabamos en Cáceres, ya hablábamos del Sevilla Atlético, y solemos empezar a hacerlo a partir del miércoles. Es una final, y, si a alguno se le olvida, ahí está el entrenador para recordárselo.
- Jugar en el Villamarín, ¿es positivo o negativo?- Habrá más público y el jugador se ilusionará más, porque no se juega en el Benito Villamarín todos los días.
- ¿Qué recuerda Merino de los duelos de rivalidad jugados en categorías inferiores?- No perdí nunca. Vine al Betis en División de Honor y era un equipo muy potente, con jugadores como Cuéllar, Cañas, Ríos, Loreto, Juanlu o Márquez. Estábamos por delante del Sevilla. Entonces disfrutábamos los derbis, porque había diferencias.
- ¿Y qué le parece el actual Sevilla Atlético?- Juan Muñoz y Carlos Fernández marcan las diferencias. Es un equipo desequilibrante, con gente rápida como Matos, o con cierta experiencia como Garrido. Es un conjunto atrevido y que quiere llevar la iniciativa.
- ¿Qué conoce de su entrenador, Diego Martínez?- Lleva tiempo en el fútbol. Su filosofía es la de llevar la iniciativa y sacar el balón jugado.
- ¿Cómo vive Merino un derbi?- Hay que prepararse como cuando jugué la final de Copa en el 97 con el Betis. Las ganas de entrenar son mayores.
- ¿Qué le dirá a sus jugadores antes del partido?- Que jugamos con el sentimiento de muchas personas, que esto es una final y que no hay que dejar nada, sino darlo todo.