Castaño vive en su mundo. Le pasa lo mismo que le ocurría en sus tiempos gloriosos a Lopera. Se inventaba su mentira, la contaba muchas veces, él se creía que era verdad, pero era tan evidente la patraña que acaba convertida en chascarrillo jocoso. Las cosas de ´don Manué´. Para tenerlo cerca en una cena, divertido. Para unirse a él en algún proyecto serio... ni a coger el duro que veía detrás del muro.
Con Castaño, tres cuartos de lo mismo. Son tan burdas sus maniobras, tan descarados y poco sutiles sus actos, que hasta el más ingenuo de los mortales sabe que está jugando con las cartas marcadas. ¿Alguien duda de su cercanía a Bitton Sport -Luis Oliver- y a Lopera? ¿Alguien duda de que él ha estado detrás de la denuncia presentada contra Ángel Haro y José Miguel López Catalán, de la que poco después se desmarca públicamente, sabiéndose que la presenta un accionista que iba propuesto por él como consejero?
Enmerda, que algo queda. Es la estrategia para intentar debilitar al enemigo de cara a la próxima Junta de Accionistas. Pero va a lograr el efecto contrario: unir a todo el beticismo en torno a quienes aún no presentan manchas en sus expedientes. Hay un nuevo Betis, una nueva realidad institucional, un nuevo estilo que nada tiene que ver con Lopera... ni con Castaño.
Joaquín Adorna
