Entrenador amortizado; otro proyecto agotado

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
4 min lectura
Entrenador amortizado; otro proyecto agotado
- Joaquín Adorna
No hay Betis. No hay dirigentes y no hay equipo a altura de una afición que antes de empezar el partido ya cantaba "Víctor vete ya", y que llegó a gritar también "directiva, dimisión". El entrenador está más que amortizado, y Haro y Catalán acumulan un nuevo proyecto deportivo, el segundo, fracasado, porque de 'Ahora Betis Ahora' fue también la apuesta por Maciá. Aunque públicamente se ha anunciado la continuidad de Víctor la próxima temporada, resulta evidente que el entrenador no está a la altura de un grupo de jugadores de los que se espera un mayor rendimiento. 
 
Para ser sinceros, se veía venir. Como se ve venir el final de una temporada que empieza a dar miedo, porque el Betis siempre es capaz de llevar al extremo lo peor. Si hay algo capaz de empeorar, y lo hay aun intuyéndose imposible el descenso porque hay equipos malísimos en la zona baja de la tabla, la capacidad de autodestrucción del Betis no tiene límites y es capaz de empeorarlo. 
 
Víctor se ha quedado sin crédito. Sus números son indefendibles. Definitivamente, el Betis le viene grande y, sobre todo, ha demostrado que no sabe ganar partidos. Los cambios, en esta ocasión, le funcionaron y en un arreón final con más corazón que cabeza o trabajo táctico, el palo evitó el tanto de Ceballos. Pero antes de ese posible empate que no subió al marcador, y que habría aliviado la amargura, un Villarreal sin dos de sus mejores jugadores (Bruno Soriano y Trigueros) se paseó por el Benito Villamarín y perdonó hasta tres clarísimas ocasiones de gol. En la primera parte, Adán sacó un mano a mano a Sansone y Adrián falló en el segundo palo un remate de cabeza sin la más mínima oposición. En la segunda, Bakambu envió un tiro al palo encarando completamente solo a Adán.
 
No hay entrenador y no hay dirigentes a la altura de la masa social del Betis. Haro y Catalán están fracasando en su segundo proyecto deportivo. Erraron en la apuesta por Macià y tampoco han acertado con Torrecilla, que ya se equivocó fichando a Poyet y que tendrá que prescindir de Víctor salvo que este fin de semana se inicie un giro milagroso en Las Palmas que nadie espera. 
Aitor, el niño bético de 7 años que se ha hecho famoso al hacerse viral el vídeo en el que presenciaba junto a su padre en directo por primera vez un partido de su Betis, habría reiterado el mismo comentario que hizo en Barcelona cuando aún se jugaba la primera parte ante el Espanyol: "Papá, me conformo con el empate a cero".  El empate, seguramente, también lo habría firmado Víctor, para estar acorde al espíritu conservador y plano que ha impuesto en su equipo, esperando una arrancada de Durmisi o la magia en alguna jugada, o en algún pase interior, de Dani Ceballos. Ni defiende ordenado y con intensidad, ni tiene recursos para atacar. Rubén caía en exceso a banda y a Sanabria se le ve más rápido pero igual de desafortunado.

No empató. Se hizo real otra vez la frase demoledora del niño Aitor: "Ya estoy acostumbrado a perder". El Betis no pierde por detalles que se trabajan, como dice Víctor. Pierde porque compite peor que sus rivales y porque tiene a un entrenador amortizado, y a unos dirigentes que manejan otro proyecto agotado y envenenado con la 'Bitton Sport' de Luis Oliver.
 
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram