Está más que asumido por todos: manda la
televisión porque es la que sostiene económicamente el fútbol y
sin esos ingresos LaLiga no sería el impresionante espectáculo que es, aunque haya perdido a Neymar.
Se entiende, en gran parte. Pero
habría que procurar no sobrepasar ciertos límites porque se juega con la salud de los futbolistas y se maltrata a miles de aficionados, y tanto unos como otros son imprescindibles para poner en marcha cada función.
Si se cumplen las previsiones meteorológicas, el Sevilla y el Betis jugarán sus próximos partidos en casa -ante el Eibar el Sevilla este sábado y frente al Deportivo el Betis la próxima jornada- a una temperatura que oscilará entre los 30 y los 35 grados centígrados. Para quienes los presencien en directo a pleno sol, las condiciones idóneas para no disfrutar.
Ha explicado el presidente del Sevilla, Pepe Castro, que la predisposición de la LFP a evitar estas situaciones es la adecuada. De hecho, los dos clubes sevillanos debutaron en Liga en el Sánchez Pizjuán y en el Benito Villamarín de noche (a las 22:15 h se jugó el Sevilla-Espanyol, y a las 22:00 h el Betis-Celta), mientras que el Celta-R. Sociedad y el Alavés-Barça se disputaron a los 18:15 h.
Hay que seguir afinando y evitar ataduras contractuales con la televisión para regatear
los rigores del calor. Ojalá antes de que haya que lamentar una desgracia evitable.