El tercer proyecto y Serra, en el alambre

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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El tercer proyecto y Serra, en el alambre
- Joaquín Adorna (@JoaquinAdornaED)
O Serra da un paso al frente y logra reconducir la crítica situación en la que vive el Betis, o el tercer proyecto Haro-Catalán va camino de un nuevo fracaso que devoraría a los actuales dirigentes béticos y al propio Serra, máximo responsable de la parcela deportiva. La escandalosa goleada en Eibar no tuvo el efecto indulgente esperado, más bien todo lo contrario. El Betis ha entrado en una conocida y peligrosa espiral de autodestrucción con vergonzosa goleada y eliminación copera ante los suplentes del Cádiz y con bajada general de brazos de los jugadores ante Las Palmas.

Algún virus maligno ha entrado en ese vestuario porque hacía años que no se veía a un equipo rajarse de una forma tan descarada sobre un terreno de juego. Pudieron hacerlo, desde luego, porque jugaban lejos del Benito Villamarín. Un grupo de futbolistas sin alma que despreciaron el escudo que representan, con algunas honrosas excepciones -Joaquín y Adán entre ellas-. Ni corrieron, ni presionaron a sus rivales, ni mostraron la más mínima indetificación con las ideas que defiende Setién. ¿Pidiendo a gritos un cambio de entrenador?

El fútbol es imprevisible, pero Setién, como otros tantos entrenadores y directores deportivos en las constantes huidas hacia adelante de quienes mandan, ya está más fuera que dentro del club. Otro técnico que parece amortizado. Otra vez un Betis sin rumbo y sin nadie que tome la voz de mando para pedir perdón o para dar explicaciones.

El tercer proyecto de Haro y Catalán ya vive en el alambre. Quizás porque también empezó a construirse desde la improvisación, desde la falta de convencimiento, desde la necesidad de dar un golpe de efecto que les permitiera seguir instalados en el poder ante el temor de perderlo por la candidatura de Rafael Salas. Serra llegó como un magnífico parche y él fue el encargado de cerrar el fichaje de Quique Setién por tres temporadas, grave error teniendo en cuenta los último antecedentes.

Si ahora no se piensa prescindir de Setién, algunas medidas se deben tomar para activar una reacción en la caseta y evitar que la visita del Atlético de Madrid suponga tirar por la borda otros tres puntos y comprar billetes para otra mediocre temporada en la que ya se ha perdido la ilusión de la Copa del Rey. Despedirle supondría asumir un nuevo error e, implícitamente, reconocer que hay un problema de incapacidad en la cúpula de mando que supera al de los nombres propios en el césped.

Un cartucho les queda a Haro y a Catalán. O dan otro giro improvisado o aguanta a Setién, al que compraron por un estilo innegociable que congeniaba a la perfección con la filosofía del Betis. En ambos casos, deberían cumplir su palabra y marcharse si fallan en el tercer intento, aunque esta vez también se pueden llevar a Serra por delante.
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