Mal gestionado y tarde, pero es la solución

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Mal gestionado y tarde, pero es la solución
- Joaquín Adorna (@JoaquinAdornaED)
Ha sobrado el casting previo a la contratación de Caparrós como Director de Fútbol; y ha dañado la imagen del presidente y del club el "NO" de Ramón Planes a asumir la dirección deportiva del Sevilla F.C. y las críticas del presidente del Getafe por las formas empleadas para intentar arrebatarle a una pieza clave en su entidad. La frase "esto no pasaba con Monchi" ha vuelto a resonar por los pasillos de Nervión y se ha clavado cual puñal envenenado tras el que se derraman incertidumbres y sensaciones que apuntan a que Pepe Castro actúa sin convencimiento y condicionado por la presión externa de quienes quieren arrebatarle el sillón.
 
Castro se ha equivocado en las formas y, por segunda vez, en el tiempo. Perdió una semana al no destituir a Montella antes de visitar al Levante, donde se consumó una derrota cantada, y ha perdido otros doce días antes de tomar la mejor de las soluciones posibles para el actual Sevilla: poner en manos de Joaquín Caparrós la máxima responsabilidad del área deportiva. 
 
Llega tarde pero, al menos, acierta. Muy pocos ponen en duda la figura de Joaquín Caparrós, figura por todo lo que representa. Poco importa el nombre del cargo con el que llega. Lo importante es que Caparrós simboliza el consenso, la unión del sevillismo, y que va a liderar a un grupo de gente de la casa, de profesionales formados y cualificados, para fichar y para sacar el máximo rendimiento a todos y cada uno de los futbolistas de la entidad (a los del primer equipo y a todos los canteranos).


 
Caparrós es la imagen de la experiencia y la humildad, del trabajo y la constancia. Tiene, además, otra gran virtud: se le intuye la sabiduría, porque conoce todos los rincones del club y su compleja realidad, para llevar a cabo la difícil tarea de reconstruir el Sevilla post-Monchi.
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