Doscientos partidos en
Europa celebrados con una nueva clasificación para los dieciseisavos de final de la
Europa League por la puerta grande: como campeón de su grupo (A) a falta de dos jornadas aún por disputar. Objetivo cumplido convirtiendo una incómoda visita a Luxemburgo, con el
derbi en el horizonte, en un trámite del que Lopetegui puede extraer muchas conclusiones positivas y un único borrón: los dos tantos encajados en una ‘manita’ (2-5) que podría haber acabado en una escandalosa goleada.
El
Sevilla conquista una nueva tierra en Europa, donde aún no había jugado; se adapta a las adversas circunstancias a la perfección, sobre todo a un terreno de juego indecente; da verticalidad a su habitual fútbol de toque; y Lopetegui comprueba a pie de campo que hay futbolistas como Munir (’hat-trick’),
Dabbur (dos goles, dos asistencias y muchas acciones destacadas) y Rony Lopes (hace daño por dentro) que piden más protagonismo.
Sorprende, sobre todo, la escasa presencia de Munir, quien mostró calidad en dos de sus tres goles: uno en libre directo y otro con ‘cucharita’ tras genial asistencia de
Dabbur. El israelí, por su parte, lo hizo todo bien -trabaja y se asocia a la perfección- y se estrena como goleador en el Sevilla, dejando abierto el debate en torno a la figura de Luuk de Jong, quien tuvo minutos y no marcó.
Doce puntos de doce posibles para un
Sevilla que no sufrió el más mínimo daño y que va a llegar al derbi entero y con el once, teniendo en cuenta a los jugadores utilizados por Lopetegui, bastante definido: Vaclick; Navas, Diego Carlos, Koundé, Reguilón; Fernando, Banega, Mudo; Ocampos, Chicharito y Óliver Torres -reservado en la segunda mitad por Lopetegui- como falso extremo zurdo.
Feliz bicentenario en Europa: el mejor preámbulo antes de visitar al Betis.
Joaquín Adorna
