Estadio Deportivo5 min lecturaCon garras, dientes y cuchillo afrontará -son sus palabras- Ana Peleteiro la final olímpica de triple salto, el próximo domingo, tras conseguir en la ronda clasificatoria la mejor marca española de la historia al aire libre: 14,62 metros.
El español será el idioma predominante en la pelea por los metales, pues junto a la gallega se clasificaron la campeona del mundo, su compañera de entrenamientos venezolana Yulimar Rojas, que saltó 14,77 a la primera, y la colombiana Caterine Ibargüen, actual campeona olímpica, que alcanzó los 14,37 a la tercera.
Peleteiro necesitó dos intentos. La plusmarquista española (14,73) y campeona de Europa en pista cubierta en Glasgow 2019, estaba "ansiosa por competir" en sus primeros Juegos.
Adscrita al grupo de trabajo del cubano Iván Pedroso en Guadalajara, Peleteiro se presentó en la capital nipona después de ganar el campeonato de España con un salto de 14,61 metros, entonces su mejor registro al aire libre y décimo en la lista mundial.
Peleteiro rozó la clasificación directa en el primer turno (14,34) y lo consiguió a la segunda tentativa con 14,62, la mejor marca española de la historia al aire libre.
El aragonés Carlos Mayo, campeón de España de 5.000, obtuvo un digno puesto decimotercero en la única final del primer día, la de 10.000, con un tiempo de 28:04.71 después de aferrarse al grupo hasta que, faltando cuatro vueltas, se quedó cortado.
El cuarteto formado por Samuel García, Laura Bueno, Aauri Bokesa y Bernat Erta se metió de carambola en la final de relevos mixtos 4x400 con un tiempo de 3:13.29 -récord nacional- que le dio una de las dos plazas de repesca.
La descalificación, en su serie, de los equipos de Estados Unidos y la República Dominicana hizo que España pasara del penúltimo al cuarto puesto.
El equipo español había empezado con mal pie en Tokio 2020. De los siete que compitieron por la mañana, sólo Natalia Romero, clasificada por tiempos para las semifinales de 800, sobrevivió a la primera criba.
La jiennense, campeona de España, pasó con el mejor registro de su vida (2:01.16), peleando en la última recta para alcanzar una de las seis plazas de repesca, y este sábado regresará a la pista para competir en las semifinales olímpicas, algo que sólo han hecho dos españolas antes que ella, Mayte Zúñiga y Mayte Martínez.
A primera hora, Fernando Carro, Sebastián Martos y Dani Arce, los tres españoles de los 3.000 m obstáculos, quedaron fuera en series. España no mete a un finalista en esta disciplina desde Atenas 2004.
Carro, lesionado en el isquio izquierdo, abandonó antes de cubrir el primer kilómetro. "Era como correr con una sola pierna", explicó el madrileño. Ganó su serie el etíope Lamecha Girma con 8:09.83, la mejor marca jamás lograda en series de unos Juegos Olímpicos o Mundiales.
Martos, retrasado desde la salida en la segunda serie, terminó octavo con 8:23.07, y en la tercera Dani Arce acabó duodécimo con 8:38.09.
También cayó el navarro Sergio Fernández, plusmarquista y campeón de España de 400 m vallas, con un séptimo puesto en la segunda serie y un tiempo de 51.51 segundos.
El subcampeón de Europa de 2016, que tiene el récord nacional en 48.87, venía de unos años complicados por las lesiones. Eran sus segundos Juegos Olímpicos, después de haber alcanzado las semifinales en Río 2016.
El 26 de junio pasado (48.87) recuperó en Getafe el título de campeón de España con una marca de 49.55 en su segunda carrera en dos años. Había estado dos temporadas sin competir por las lesiones (desde los Mundiales de Doha 2019).
La velocista sevillana María Isabel Pérez, debutante en unos Juegos, estuvo por debajo de sus prestaciones del año en 100 metros. La campeona de España acreditó un crono de 11.51 que le dio el quinto puesto en la sexta serie, dominada por la nigeriana Blessing Okagbare con 11.05.
Fuera de la pista, los dos lanzadores españoles quedaron fuera. En disco, Lois Maikel Martínez terminó en el puesto 30 de 32 con un tiro de 54,69, y Belén Toimil en el 23 de 32 con 17,38.