Antonio
Cordón, director deportivo del
Betis, se encuentra inmerso en estos días en la firma de un refuerzo para el centro de la defensa; un zaguero que ocupe el vacío dejado por Mandi. Tras un mes de junio en el que el área deportiva heliopolitana aceleró en sus movimiento, se está topando ahora con la dificultad del mercado y las limitaciones económicas que presentan las cuentas verdiblancas.
Una rapidez de movimientos que Cordón ha sabido aprovechar gracias a la incorporación de futbolistas a coste cero como
Sabaly, Rui Silva, Víctor Ruiz, quien firmó por un curso y ha renovado este verano, o Miranda, quien este mercado ha rescindido con el Barça tras jugar en préstamo como bético el curso pasado, firmando ahora por los de Heliópolis hasta 2024.
Una fórmula muy explotada por el
Betis desde que consiguiera su último ascenso a Primera en 2015. Desde entonces, seis temporada y siete planificaciones, teniendo en cuenta la actual.
El resultado de ellas, lógicamente, ha sido muy dispar, habiendo sido algunos altamente eficientes y habiendo resultado otros un auténtico fiasco. Ejemplos de ellos,
Pau López, con lo que su venta significó tan sólo un curso después de llegar, o
Van der Vaart, y su efecto, que resultó gaseoso.
Cabe recordar que la política de fichar a coste cero no significa que no se pague por estos jugadores. Y es que las cesiones tienen un coste y los futbolistas que llegan libre, especialmente cuando tienen mercado, hay que abonar una prima de traspaso que por lo general se suele amortizar en su ficha a lo largo de los años de contrato. Es decir, el coste cero implica exclusivamente que no hay que pagar un traspaso, con lo que ese ahorro supone. .