Se levantaron, al fin, las
restricciones de público en el
Benito Villamarín y, pese a tratarse de un horario prohibitivo en día laborable, el beticismo respondió como se esperaba en una gran cita. Ni más ni menos que el
Bayer Leverkusen visitaba La Palmera para dirimir la primera plaza del
Grupo G de la Europa League, que seguirá en el aire por el empate final
(1-1), que mantiene el
pulso entre verdiblancos y rojinegros igualmente parejo (ambos con siete puntos y ventaja en el balance de goles para los alemanes) al menos hasta el
4-N, cuando volverán a verse las caras en el
BayArena.
Casi
40.000 personas llevaron en volandas a un
Betis que arrancó mal, como otras veces, hasta el punto de poderse ir, igual que frente al
Celtic, con un
0-2 o 0-3 a la media hora de juego, pero que
reaccionó hasta contener a los extremos germanos, gracias a la salida de
Álex Moreno y Lainez. A falta de un cuarto de hora,
Borja hacía el 1-0 de penalti, pero una acción
desafortunada terminaría por restaurar las tablas. Un
jarro de agua fría que, con todo, ponía justicia en el marcador del coliseo heliopolitano.
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