Se presentaba el F.C. Barcelona en el Ramón Sánchez-Pizjuán con un cambio de sistema, en su búsqueda del equilibrio que el equipo de Ronald Koeman había perdido. Apostó el conjunto azulgrana por una defensa de tres, con Mingueza, Piqué y Lenglet, dejando los carriles para Dest y Jordi Alba, que aprovecharon los carriles.
Con tres atrás, el Barcelona se sintió mucho más cómodo en el encuentro, se adueñó de la pelota, y se impuso en el centro del campo, dejando libertad de movimientos arriba para Messi y Dembelé, que fue el que abrió el marcador en la primera mitad. El argentino, que debió ser expulsado por un agarrón sobre Koundé (ya tenía una cartulina previa), cerró el marcador en la segunda.
En líneas generales, un partido muy serio del Barcelona, que encara con otra motivación el encuentro del próximo miércoles en el Camp Nou en la vuelta de Copa del Rey.