El consejero de Educación y Deporte,
Javier Imbroda, arrancó una sonora ovación que le obligó a levantarse a saludar a los más de trescientos asistentes a las IV Jornadas Temáticas ED, celebradas en la UPO, tras desgranar con lucidez los nuevos retos que afronta el deporte andaluz escolar, universitario y de alto rendimiento. "En el deporte, que es una metáfora de la vida, ganas y pierdes. En la vida unas veces las cosas salen y otras no. Pero si algo me ha enseñado el deporte es que el ganador no pone excusas; que nadie gana siempre; o que el equipo ganador es el que se levanta cuando pierde, porque hay quien no se levanta". Quien dice esto es Javier Imbroda, alguien que puede predicar con el ejemplo.
Antes de ser consejero de
Educación y Deporte, fue profesor, doctor y entrenador de élite, uno de los mejores del mundo en su especialidad, el baloncesto, y que ahora trata de proyectar estos valores y todo lo que ha aprendido a lo largo de sus años en la élite para mejorar la educación deportiva de los andaluces.
El consejero ofreció una clase magistral para inaugurar las
IV Jornadas Temáticas de ED, que bajo el lema
'Formación y Deporte' han estado dedicadas en esta ocasión a analizar todos los aspectos relacionados con estas cuestiones: la problemática que existe sobre la educación deportiva, los problemas que tienen los deportistas de elite para compaginar los entrenamientos y la competición con la formación para el futuro, la práctica del deporte en los colegios y universidades, la fuga de talentos€
"El alto rendimiento no entiende de espacios, quiere el máximo de tu tiempo y esfuerzo. Y hay una edad crítica, entre los 18 y los 22 años, que no está resuelta. A estos deportistas que se le exige el máximo, no tienen facilidades para seguir formándose. Nuestros grandes deportistas tienen dos vidas, la del deportista y la normal, pero para esa segunda vida no se han preparado. Es básico que logremos solucionar este problema", señalaba Imbroda, que advertía del esfuerzo que, desde la
Consejería que él preside, se ha empezado a hacer en este sentido para acabar con la injusticia que en muchos casos se comete con unos deportistas de elite que, idolatrados durante un tiempo, son olvidados al final de sus carreras.
"Estamos estudiando qué podemos hacer para que esos deportistas que destacan con 18 años puedan tener un acuerdo con la universidad de su ciudad, puedan conciliar deporte y estudios. Puedan competir por ellas... Es lo que hacen en
EE.UU., pero queremos hacerlo con nuestra impronta. La universidad tiene buenas instalaciones y necesita dar respuesta a una realidad social. Esto también ayudaría a los clubes profesionales. Que los jóvenes estén organizados y tengan sus horas de entreno, de descanso, de estudio...", aseguraba el exseleccionador español, quien advertía que se están poniendo las bases para desarrollar esta idea de conciliación entre deporte y educación, que se incluía en la
Ley del Deporte, pero que aún no se había desarrollado.
Unas medidas que, tras diez meses en el cargo, han empezado por la
formación entre los más pequeños, en las escuelas, y que va orientada a adaptar el modelo de enseñanza a los drásticos cambios que se han producido en los últimos años. "Nos hemos embarcado en un proyecto para transformar la mentalidad a la hora de ver la actividad física deportiva. En mi época, sólo teníamos dos horas de educación física a la semana, pero fuera de ella jugábamos en la calle, había una actividad permanente. Esto ha cambiado. Es otra realidad social. Y ahora los niños sólo suman seis horas a la semana de actividad fuera de clase y, en cambio, 26 delante de una pantalla. Es complicado luchar contra eso y así se fomenta el sedentarismo. Uno de cada cuatro jóvenes tiene sobrepeso en
Andalucía... Ésta es la realidad a la que tenemos que dar respuesta". Y que, de momento, ha comenzado con una ampliación de las horas lectivas de educación física, pero que a la larga pretende que esos futuros ciudadanos adquieran el hábito del deporte para toda la vida.
"A mí me gustaría que tuvieran una hora diaria, en todas las edades, incluso en la
universidad. Y aunque es difícil encajar una hora diaria, es muy necesario, porque por cada euro que se invierte en deporte son quince de ahorro en sanidad. No hay mejor medicina que la actividad física", indicaba un Imbroda plenamente "embarcado en transformar la mentalidad actual", un reto nada fácil, pero al que piensa dedicarse en cuerpo y alma.