Ovacionado. Así abandonó el francés Joris Gnagnon el césped del Sánchez-Pizjuán, con molestias en el tramo final del partido, tras una sobresaliente participación frente al Atlético en el que fue su segundo partido como titular de LaLiga.
Una actuación que le dio, de sobra, para lavar su imagen y acallar las dudas que generó en sus primeros meses como nervionense, arribando algo pesado y gozando de un físico muy particular. Rápido al corte, atento, ágil y con acierto en la recuperación, el central galo cuajó un excelente partido en el que, en el tramo final, se atrevió, además, a lanzarse al ataque, llegando a recuperar un balón en la frontal que, se perfiló, y mandó al palo largo, siendo Oblak lo único que impidió que la grada acabara gritando gol.
Y no fue cuestión, sólo, de sensaciones, sino también de números: un 90 por ciento de acierto en el pase, con 62 intentos y tres balones en largo. Cuatro duelos aéreos ganados... Machín lo suma para la causa.