Ha firmado una pretemporada intachable y, aunque el debut liguero no respondió a lo esperado, sí mostró el potencial de un
Granada que ha vuelto a la elite con la firme intención de quedarse.
El
4-4 en Villarreal, con los nazaríes igualando por tres veces un marcador adverso (el último, de
4-2), evidencia que, si bien se perdió momentáneamente la seriedad defensiva marca de la casa, los rojiblancos han ganado pegada con el desembarco de
Soldado, un 'perro viejo' que amenaza con aportar todo su catálogo a la lucha por la permanencia de la escuadra de
Diego Martínez, con más argumentos que nombres propios, en realidad.
El preparador gallego ha sabido extraer todo el potencial a sus futbolistas, en muchos casos cedidos o descartes de otros equipos, conformando un bloque compacto y fiable, ideal para competiciones largas en las que la regularidad de antoja clave para la supervivencia.
Con el
1-4-2-3-1 como base, el curso pasado 'coqueteó' puntualmente con el
1-4-3-3 y el
doble pivote, dando siempre importancia a las alas, tanto los laterales como los extremos, amén de cuidar aspectos tan importantes como el balón parado, en fase defensiva y ofensiva.
Domingos Duarte, Carlos Fernández, Yangel Herrera, la permanencia de
Fede Vico, el regreso de
Darwin Machís y el par de retoques que faltan deben dar lustre a un grupo cohesionado y prometedor.