"El Sevilla está trabajando desde hace muchos meses, como otros años, en los cambios que debe haber", comentaba hace dos días el presidente
José Castro. De hecho, el
Sevilla se ha movido más incluso que otros años porque el mercado lleva en ebullición desde el inicio de la pandemia, aunque sin poder concretar nada por la incertidumbre que trajo la Covid-19, por el desconocimiento de los ingresos y las pérdidas, y sobre todo porque hasta hace una semana no sabía si jugaría la Champions o no la próxima temporada.
Una vez lograda,
Monchi habrá activado la 'Lista A' y en los próximos días tendremos novedades. Aunque el mercado no se abre oficialmente hasta el 4 de agosto, el director deportivo sevillista nos tiene acostumbrados a cerrar jugadores antes de la fecha señalada que, casi siempre, han dado un buen rendimiento o, en su defecto, han sido un buen negocio.
Mejorar un equipo de
Champions no es fácil y hacerlo con oportunidades de mercado aún más complicado, pero raro ha sido el año en el que Monchi no ha logrado cerrar algún refuerzo antes de que el propio mercado de fichajes se abriera.
Si miramos los cinco últimos veranos del
León de San Fernando al frente de la 'maquinaria' sevillista se puede apreciar que vinieron más jugadores cuando tuvo que reconstruir el equipo -el primer año completo de Emery y esta temporada que ahora agoniza- que cuando tuvo que cambiar piezas en un proyecto ya ganador.
El año pasado, sin ir más lejos, tres jugadores llegaron antes del 1 de julio, al que habría que añadir a Dabbur, fichado por Caparrós en enero. Y dos más,
Ocampos y
Koundé, posiblemente los dos mejores refuerzos de este año junto a Diego Carlos, se confirmaron justo tres días después de la apertura del mercado, pero ambas operaciones ya estaban casi cerradas el famoso 31-J. No son los únicos.
Sarabia, Vitolo, Aleix Vidal... muchos han sido los nombres que el Sevilla ha anunciado al poco tiempo de 'abrirse la veda'. Ahora,
Gotze aparece en el horizonte.