Esta tarde, a las 18:30 horas, el Sevilla FC recibe en el Ramón Sánchez-Pizjuán la visita del Eibar, un siempre combativo equipo que la última vez que jugó en Nervión le puso las cosas muy difíciles a los pupilos de Julen Lopetegui, que sólo pudo vencer por la mínima y gracias a la portentosa actuación de Lucas Ocampos, que ese día lo hizo todo él solito.
La cita tuvo lugar hace sólo tres meses y medio, el pasado 7 de julio. Ocampos había protagonizado la mejor ocasión del encuentro antes de marcar en el minuto 56' el único gol del partido en el que puso las acciones más destacadas, desbordando por su carril y ayudando en tareas defensivas, muchísimo más allá de lo imaginable.
No obstante, además de exhibir sus mejores cualidades (potencia de zancada, velocidad, definición, compromiso, carácter, competitividad, amor propio...) sorprendió poniéndose los guantes en los últimos minutos ante la lesión de Tomas Vaclik, que abandonó el terreno de juego en camilla a falta de cinco minutos para el final y con el Eibar apretando en busca del empate.
El de Quilmes no sólo fue un figurante entre los palos, sino que tuvo que aparecer para detener con el cuerpo un disparo a bocajarro... ¡de Dmitrovic, el meta armero! La salvadora parada desató la locura entre sus compañeros, que corrieron a abrazar a Ocampos cuando el árbitro pitó el final del partido y el Sevilla metió en el zurrón tres puntos valiosísimos para sus aspiraciones de Champions.
Esta tarde, Sevilla y Eibar vuelven a cruzar sus destinos sobre el verde de Nervión, aunque esta vez el héroe del choque de julio podría perdérselo por culpa de unas molestias musculares que le impidieron ejercitarse el viernes al mismo ritmo que el resto de sus compañeros y que le convierten en seria duda hasta última hora.