Con el despido de
Joris Gnagnon por parte del Sevilla FC por falta de profesionalidad, el internacional marroquí Munir El-Haddadi es el único representante de una época reciente del
Sevilla FC, la de Joaquín
Caparrós como director de fútbol.Un periodo repleto de sombras en la que el utrerano
se hizo cargo de la planificación deportiva del Sevilla FC obligado, en parte, por su sevillismo. Casi sin quererlo y tras haber asegurado públicamente que no estaba preparado para ser director deportivo. De ahí que se creara un cargo a su medida: Director de fútbol.
La marcha de Monchi a la Roma propició un naufragio sevillista de la mano de Óscar Arias como director deportivo que acabó intentando solucionar Caparrós, quien la temporada antes había llegado a ultimísima hora como salvador para el banquillo.
Auspiciado por sus ayudantes Paco Gallardo y Carlos Marchena, el técnico utrerano se puso manos a la obra a configurar el
Sevilla FC de la 18/19 y el invento salió como se esperaba.
Tanto
Caparrós como Gallardo (cuentan que Marchena se involucró de otra manera)
pusieron todo su empeño, pero en muchos casos pagaron la novatada. En total, 12 movimientos entre el mercado de verano y la ventana de enero, que por una razón o por otra no acabaron de cuajar por lo general. Con el guardameta
Tomas Vaclik, quizá, como el refuerzo más acertado en lo deportivo, sólo
Munir pervive hoy en la entidad sevillista . Y porque el internacional marroquí no ha querido salir este verano, pues estaba en la rampa de salida.
Como curiosidad, un
Dabbur al que Caparrós firmó en enero para la temporada siguiente, llegando antes Monchi y un Lopetegui que no acabó contando con él. En definitiva, una serie de operaciones en la que el utrerano no estuvo del todo fino,
siguiendo unos informes de Monchi que, según han venido filtrando diversas fuentes, estaban ya
desfasados. Y es que tras la marcha del de San Fernando, en la secretaría técnica sevillista no se siguió avanzando al mismo nivel en cuanto al 'scouting'. Eso, y que el equipo de trabajo de esa época tampoco se preocupó en exceso por conocer a los posibles refuerzos fuera del terreno de juego, algo clave a criterio de Monchi. Nada de eso, sin embargo, sorprende hoy día, viendo cómo ha resultado el periplo de Gnagnon en Nervión.
A Caparrós, quizá, tampoco se le pueda echar nada en cara. Y es que el utrerano acabó asumiendo un marrón que no le correspondía. Resumiendo, un periodo muy gris del Sevilla FC reciente que Monchi supo arreglar con su regreso de la mano de Lopetegui y el apoyo de la planta noble. Como muestra, la amplia remodelación que ha sufrido la plantilla desde entonces, siendo