Partido
discreto del
Sevilla FC, que no pudo pasar del
empate en la segunda jornada de la Fase de Grupos de la
Champions League, aunque a priori el G parecía pintiparado para su dominio. Si ante el
Salzburgo en casa
Rakitic salvó un punto desde los once metros (en
inferioridad numérica además), después de que los austríacos fallaran dos
penaltis, el croata volvió a ser decisivo en la misma suerte, esta vez casi sobre la bocina y tras quedarse el
Wolfsburgo con diez. Apretaron en el alargue los de
Lopetegui, pero el
1-1 resultaría inamovible.
La
eficacia fue la gran baza de los verdiblancos, que tuvieron después una gran ocasión para
sentenciar, pero dejaron con vida a un conjunto blanquirrojo que se rehízo con los
cambios del entrenador y fue más
vertical en la reanudación, acercándose hasta conseguir una igualada que, al menos, le deja con
opciones de todo, con dos puntos de seis posibles, como su oponente de este miércoles, por los 4 del Salzburgo, cerrando el
Lille con sólo uno. De haber caído, los centroeuropeos habrían tomado ya una distancia
peligrosa.
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Óscar Murillo2 min lectura
