Sorprendía Lopetegui con Jordán y Rakitic por Delaney y Oliver, que eran los habituales en los últimos partidos. Y los cambios funcionaron, fueron de los mejores de un Sevilla que planeó el partido para controlarlo y, con la expulsión de Guido, lo supo gestionar a la perfección.
Ocampos y Acuña rompieron al Betis por la derecha y Montiel se sumó junto a Lamela por el otro costado, especialmente en la segunda mitad. Fernando fue un muro, Jordán manejó el partido a su antojo...