España vive. Sufriendo lo indecible, con héroes inesperados (Ricky y Rudy cuando hacía falta, Navarro y Hernangómez cuando más negro pintaba y Felipe siempre), con errores ya vistos y repetidos en estos JJ.OO., pero con la sensación luchadora y ganadora que tantos éxitos nos ha dado, los de Scariolo dieron el primer paso hacia el milagro, un paso que no tiene marcha atrás y que mañana tiene a
Lituania como siguiente obstáculo.
El principal cambio con respecto a los dos partidos anteriores llegó en la rotación, Felipe Reyes se emparejó con Pau mientras Mirotic y Hernangómez entraban al relevo. Por lo que respecta al juego, el equipo español recordó al del partido ante Croacia, en el que mientras hizo, al comienzo del duelo y del tercer cuarto, lo que tenía ensayado, controló el juego y el marcador con claridad, pero que, como entonces, su rival acabó metiéndole en un duelo anárquico, físico, descontrolado... en el que llevaba todas las de perder.
El partido fue raro desde antes del inicio, con la explosión controlada de un paquete sospechoso en el Arena Carioca, y que ya nunca transcurrió de acuerdo a la lógica, más allá de un buen inicio de los pupilos de Sergio Scariolo (11-27) que presumía una noche cómoda, pero se encontraron con un Oguchi (24 puntos) infalible, con unos árbitros que volvían a permitirlo casi todo y desquiciaron a los nuestros y un último cuarto de infarto en el que aparecieron los menos esperados: Juan Carlos Navarro, Willy Hernangómez y Felipe Reyes. La próxima final, ante Lituania.
Ficha técnica:
Nigeria (11+30+25+21: Diogu (7), Ere, Oguchi (24), Aminu (9), Umeh (5) -quinteto inicial-; Uzoh (8), Akognon (12), Ogide (4), Gbinije (7) e Ibekwe (11).
España (25+18+22+31): Rubio (15), Llull (9), Rudy Fernández (13), Reyes (9) y Gasol (16) -quinteto inicial-; Sergio Rodríguez (5), Navarro (11), Calderón, Claver, Mirotic (7) y Hernangómez (11).
Árbitros: Steven Anderson (USA), José Reyes (MEX) y Zhu Duan (CHN). Eliminado por faltas personales Aminu (38').
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