Estadio Deportivo5 min lecturaMadrid, 18 dic (EFE).- La selección de Eslovenia, campeona de Europa, Fenerbahce, campeón de la Euroliga, y Valencia, campeón de la Liga Endesa, han sido los grandes triunfadores del mundo de la canasta en 2017, con el componente común de ser los tres debutantes en el éxito.
Quien no debutó en estas lides, sino que volvió a estar en lo más alto del podio fue la selección española femenina que alcanzó su tercer campeonato de Europa al derrotar a Francia en la Final por 71-55.
Las jugadoras de Lucas Mondelo volvieron a demostrar que siendo fieles a su estilo de juego total la ausencia de centímetros y kilos puede sustituirse por calidad, ganas, entrega, esfuerzo y trabajo para conseguir una nueva medalla de oro en la despedida de su capitana, Laia Palau.
Por lo que a la selección masculina se refiere, la medalla de bronce del Eurobasket de Rumanía y Estambul, en el caso español, fue un justo premio a una selección que superó las bajas de Sergio Llull, Felipe Reyes, Rudy Fernández, Víctor Claver y la ya en competición de Álex Abrines y supo dar la despedida que se merecía a su capitán, a Juan Carlos Navarro.
Estar en el podio se convirtió en el objetivo de un equipo que sólo cayó ante el empuje de la nueva campeona, Eslovenia, en semifinales.
No es nada corriente que casi todos los campeones de un año sean primerizos, pero todos hicieron méritos sobrados para derrotar a los grandes valores establecidos.
Eslovenia ganó el Eurobasket en Estambul con una propuesta novedosa, con un juego muy a la americana, rápido, directo, valiente, incisivo, sin pausas...
Con Luca Doncic y Goran Dragic como doble amenaza exterior prácticamente constante, con Anthony Randolph (debutante también como esloveno) y Klemen Prepelic de lugartenientes y con el resto del equipo, con Gasper Vidmar a la cabeza, dispuestos a un trabajo estajanovista en defensa, los eslovenos asombraron a Europa con su desparpajo, su descaro y su calidad.
El Fenerbahce turco de Zeljko Obradovic acabó con la maldición de los equipos otomanos en el baloncesto europeo y después de muchas temporadas y de decenas de millones de euros invertidos se alzó campeón.
Obradovic, nueve veces campeón de Europa con cinco equipos distintos (Partizán, Joventut, Real Madrid, Panathinaikos y Fenerbahce) fue el que mejor entendió a la nueva Euroliga de todos contra todos, llevando a su equipo a la Final a Cuatro en plenitud física y de juego para arrasar a los clásicos CSKA, Madrid y Olympiacos. Jugar en casa, en Estambul, también aportó su granito de arena.
El Valencia puso el broche de oro a su 'cultura del esfuerzo' con la consecución de su primera Liga, en una final a la que el Real Madrid llegó sin resuello.
El equipo levantino hizo una temporada de sobresaliente pero fallando en los momentos decisivos, en la Copa del Rey en la que perdió la final ante el Real Madrid y en la Eurocopa en la que cayó ante el Unicaja, que se ganó así su presencia en la Euroliga.
Los malagueños consiguieron su mayor éxito tras remontar tres eliminatorias, incluida la final, con el factor campo en contra.
Con estos previos, el Valencia supo resurgir de sus cenizas y acabar la temporada con el mayor triunfo de su historia y también con presencia en Euroliga para sumar hasta cinco representantes del baloncesto español en la temporada 2017-18.
A título individual, Europa se rindió a Goran Dragic concediéndole el premio al mejor jugador (MVP), con Doncic, el español Pau Gasol, el ruso Alexey Shved y el serbio Bogdan Bogdanovic en el quinteto ideal.
En Euroliga el mejor fue el estadounidense Ekpe Udoh, mientras que en la Liga Endesa (fase regular) y en la Copa del Rey el mejor fue el mallorquín del Real Madrid Sergio Llull. El montenegrino Bojan Dubljevic, jugador del Valencia, fue el elegido en la final de la Liga española.
Ricardo Molinelli