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Gasol, de 35 años, que sacrificó hasta 15 millones de dólares por jugar con el equipo que lo seleccionó con el número 48 en el sorteo universitario del 2007 pero que luego lo traspasó a los Grizzlies de Memphis por su hermano mayor Pau, está convencido que fue su mejor decisión.
Dentro de la NBA, la incorporación del hermano mediano de los Gasol a los Lakers ha sido considerado como el gran acierto por parte de los actuales campeones de la NBA en su lucha por revalidar el título y alcanzar el número 18 de su historia, que sería la mejor marca de todos los tiempos.
Gasol, que ya consiguió su primer titulo de la NBA con los Raptors de Toronto, en el 2019, y que jugará con el número 4 en su camiseta de los Lakers, también tiene la esperanza de que antes que concluya la reducida temporada de 72 partidos, pueda competir también al lado de su hermano Pau, ganador de dos anillos de campeón con el equipo angelino (2009 y 2010).
De momento, Gasol, que jugará su decimotercera temporada en la NBA, ya se ha ganado el puesto de titular durante la pretemporada y ayudó a los Lakers a quedar invictos en los cuatro partidos que disputaron.
Mientras, el entrenador de los Lakers, Frank Vogel, dijo que la adquisición de Gasol para apoyar el trabajo del alero LeBron James y el pívot Anthony Davis había sido la mejor decisión a la hora de reforzar el ataque del equipo y darle mayor versatilidad.
Específicamente, expresó su creencia en que los campeones defensores del título podrían usar la inteligencia y la capacidad de Gasol para leer las defensas gracias al conjunto de habilidades que posee, incluida la de su manejo del balón como lo hacen los pivotes Bam Adebayo, de los Heat de Miami, y el serbio Nikola Jokic, de los Nuggets de Denver.
Además, Vogel está convencido de que la presencia de Gasol con el equipo permite a sus compañeros moverse mejor sin el balón, una mejora más de cara a iniciar la defensa del título.
Algo que harán precisamente contra sus vecinos de Los Angeles Clippers, los rivales más directos que tienen en la lucha por el título, y que también se han reforzado con el internacional español el ala-pívot de origen congoleño Serge Ibaka.
Ibaka, de 31 años, compañero de Gasol la pasada temporada con los Raptors de Toronto, llega para ser titular indiscutible junto a las estrella Kawhi Leonard y Paul George en busca de hacerlos mejor equipo.
La versatilidad de Ibaka, su gran defensa y consistencia con los tiros tanto dentro como fuera de la pintura, le harán rendir al tener compañeros como Leonard y George, además de ayudar a crear una nueva identidad del equipo.
Leonard, que ya tuvo a Ibaka de compañero en los Raptors de Toronto, siempre ha reconocido que sin la aportación defensiva del ala-pívot internacional español el equipo de Toronto no hubiese podido conseguir el título de campeones de liga en el 2019.
Mientras otro jugador internacional español, el base Ricky Rubio, tendrá la gran oportunidad de reivindicar su clase de condición de líder con su vuelta a los Timberwolves de Minnesota, con quienes estuvo seis temporadas deslumbrando a la multitud en Target Center con su forma de jugar y generando la famosa "Rickymania".
Después de un traspaso a Utah, en el 2017, y una temporada con los Suns de Phoenix, Rubio regresa a los Timberwolves por la puerta grande.
El jugador de El Masnou es consciente de la gran oportunidad que se le presenta de nuevo de convertir a Minnesota en una franquicia ganadora junto a jugadores como Karl-Anthony Towns o D'Angelo Russell, además de su compatriota el ala-pívot Juancho Hernangomez, de 25 años, y el novato número uno, el escolta Anthony Edwards.
Uno de los beneficiados será Hernangomez, que de mantenerse titular, tendrá la gran oportunidad de desarrollar al máximo su cualidades como jugador que puede competir al más alto nivel dentro del mejor baloncesto del mundo, algo que hasta ahora, en cuatro temporadas, todavía no ha podido establecer de forma consistente.
El mismo problema que ha tenido su hermano mayor Willy, quien también entrará en su quinta temporada como profesional, que comenzará con su nuevo equipo de los Pelicans de Nueva Orleans, el tercero para el que juega desde que llegó a la NBA, en el 2016.
Para ambos su rendimiento en la temporada 2020-21 será decisivo de cara a lo que pueda depararles su futuro dentro de la NBA.