BALONMANO RESUMEN DEL AÑO

España se aferra a su ilusionante futuro en un año de transición

España se aferra a su ilusionante futuro en un año de transición
España se aferra a su ilusionante futuro en un año de transición
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 6 min lectura

Madrid, 19 dic (EFE).- El título de campeón del mundo conquistado por la selección júnior y la medalla de plata lograda por el equipo juvenil en el Mundial de la categoría iluminaron para el balonmano español un año 2017 en el que el Barcelona Lassa se dejó escapar, tras cuatro años y medio ininterrumpidos de victorias, su primer punto en la Liga ASOBAL.

El dato refleja mejor que nada la situación de unas competiciones nacionales en las que el abrumador dominio del conjunto azulgrana, que una temporada más se alzó con todos los títulos en juego, dotó de categoría de gesta al empate (26-26) cosechado por el Quabit Guadalajara el pasado 6 de diciembre.

En la hazaña jugó un papel fundamental el joven Chema Márquez, uno de los nombres propios de la selección española júnior que se colgó el oro en el Mundial de Argelia y que, al igual que el resto de sus compañeros de quinta, parece dispuesto a convertirse, si no lo es ya, en una de las principales referencias de la Liga ASOBAL.

El talento y la ambición de los jóvenes no han pasado desapercibidos para el seleccionador nacional Jordi Ribera, que en los últimos doce meses ha hecho debutar en el equipo absoluto hasta a cinco de los integrantes de los "júnior de oro".

Los nombres de Chema Márquez, Kauldi Odriozola, Aleix Gómez o Antonio Bazán, sin olvidar, cómo no, a Dani Dujshebaev, que presumiblemente disputará el próximo mes de enero con los "hispanos" el Europeo de Croacia, se han ido haciendo poco a poco un hueco en las convocatorias de la selección nacional.

Este hecho demuestra la decidida apuesta del técnico por el relevo generacional. Una transición tranquila, pero imparable, como ya quedó claro en la primera gran cita de Jordi Ribera al frente del equipo, el Mundial de Francia, en el que seleccionador contó con hasta seis debutantes en un gran torneo internacional.

La apuesta no mermó la competitividad del equipo español, que concluyó en quinta posición tras caer por un ajustado 29-30 ante Croacia en los cuartos de final, la única derrota de los "Hispanos" en un Mundial en el que Francia se ciñó su sexta corona universal, tras vencer por 33-26 a Noruega en la final.

Pero si el relevo generacional ha marcado el año 2017 en la selección masculina, solo de revolución puede calificarse lo ocurrido en los últimos en el equipo femenino con la llegada el pasado mes de febrero al banquillo de las "Guerreras" de Carlos Viver en sustitución de Jorge Dueñas, relevado en el cargo tras una década al frente del conjunto nacional.

Viver no solo ha rejuvenecido al equipo con la llegada de una nueva hornada de jugadoras, prescindiendo de figuras legendarias como Marta Mangué o Macarena Aguilar, sino que además ha dotado de una nueva vitalidad a la selección sin perder el carácter competitivo que ha permitido a España hacerse un hueco en los últimos años entre la élite internacional.

Con esos mimbres las nuevas "Guerreras" afrontaron el Mundial de Alemania, en el que pese a la derrota (23-31) sufrida en octavos ante Noruega, a la postre subcampeona tras caer (23-21) ante Francia en la final, el conjunto español dejó una más que esperanzadora imagen que hace pensar en una enorme capacidad de crecimiento en las próximas citas.

Aunque si algo ha marcado el 2017 es la consolidación del prestigio de los entrenadores españoles, tras las victorias de Raúl González al frente del Vardar macedonio en la Liga de Campeones masculina y de Ambros Martín, que conquistó su tercer título de campeón de Europa con el Györi húngaro en la categoría femenina.

El triunfo del equipo macedonio es inexplicable sin el concurso del preparador español, que dotó al Vardar de un estilo propio capaz de doblegar en la Fase Final de Colonia a superpotencias de la talla del Barcelona, al que eliminó (26-25) en las semifinales, y del París Saint Germain, al que venció (24-23) en la gran final.

Igualmente reconocible es el juego del Györi de Ambros Martín, que ha convertido al conjunto húngaro en el gran dominador del balonmano femenino continental, gracias al sello de una "escuela española" que no deja de extenderse, como confirman los seis técnicos nacionales que participaron en el Mundial de Francia o los tres que dirigieron a distintas selecciones en el Campeonato del Mundo femenino de Alemania.

Javier Villanueva

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