Ya era muy conocido en el deporte sevillano, además de en el mundo empresarial, antes de que un accidente náutico acaecido en el Algarve portugués -fue arrollado por una lancha motora mientras nadaba- le cambiara su vida.
Deportista desde siempre, jugó durante 14 años en el Ciencias y pudo celebrar algunos de los éxitos cosechados por el club hispalense en su época dorada, los años noventa. Sin embargo, fue la vela la que le situó en la élite nacional, con el ´Estrella Damm´, Arturo y su padre fueron campeones de la Copa del Rey en el año 1998, por delante del ´Bribón´ comandado por el Rey Juan Carlos I, además de vencer en otras pruebas importantes del calendario nacional (Princesa Sofía, el Príncipe de Asturias...).
Esa pasión por el deporte no cambió tras el accidente, a pesar de que estuvo un mes en coma en un hospital de Lisboa y varios meses más hospitalizado. Lejos de desanimarse, se agarró al deporte y encauzó su amor por la vela y el mar para hacerse un hueco en la élite nacional: primero, en 2013, se clasifica para el Mundial de Irlanda, al año siguiente, pese a que sube la dificultad, se clasifica para el de Canadá, a Australia va en 2015... y logra la única plaza para los JJ.PP. de 2016, donde se queda a un puesto del diploma. En 2020 quiere repetir en... bádminton.
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