Estadio Deportivo3 min lecturaMadrid, 23 ene (EFE).- La selección de Hungría prolongó su inmaculado camino en el Mundial de balonmano de Egipto, tras encadenar este sábado su quinta victoria consecutiva en el torneo, al imponerse por 26-30 a Polonia.
Un triunfo que no sólo selló la clasificación del conjunto magiar, sino que también aseguró la presencia de España en la siguiente ronda, a falta de una jornada para la conclusión de la segunda fase.
En ese último partido españoles y magiares se jugarán la primera plaza del grupo, que tendrá como previo evitar en los cuartos de final al ganador del grupo III, en el que Francia, Noruega y Portugal pelean por el primer puesto.
Un encuentro en el que por lo visto, no sólo hoy ante Polonia, sino a lo largo de todo el torneo, no lo tendrá nada fácil para doblegar a una selección húngara que cuenta con un Mate Lekai en estado de gracia.
De hecho, el central del Veszprem fue el máximo responsable del triunfo húngaro, en un choque en el que Lekai no sólo volvió a demostrar sus cualidades como director de juego, sino que se destapó como la inesperada punta de lanza del contraataque magiar.
A la carrera sumó Lekai cinco de sus ocho tantos, una especialidad hasta ahora desconocida en el amplio catálogo de recursos del jugador húngaro.
Pero si por algo destacó Lekai fue por su capacidad para atemperar con su dirección de juego los impulsos de sus compañeros, unos cañoneros impenitentes, a los que si no les ata en corto, son capaces de convertir los partidos en un concurso de tiro.
Todo lo contrario de lo que le ocurrió a Polonia que con la lesión que obligó a Michal Olejniczak a abandonar la pista durante la mayor parte del primer tiempo, careció de un jugador capaz de dar sentido a su juego ofensivo.
Una circunstancia que llevó a Polonia a convertir su ataque en una sucesión de lanzamientos, que sólo le mantuvo con vida, mientras que el gigantesco Tomasz Gebala mantuvo la efectividad.
Sin embargo, en el momento en el que Gebala redujo sus prestaciones el ataque de Polonia se oscureció por completo, lo que no desaprovechó Hungría para abrir una insalvable brecha en el marcador, como demostraron los seis goles de ventaja (10-16) con los que los magiares llegaron al descanso.
Una renta que creció todavía más en el arranque del segundo tiempo, en el que Hungría, pese a no contar este sábado con la mejor versión del formidable pivote Bence Banhidi, se disparó hasta los ocho tantos (11-19) que dejaron definitivamente resuelta la contienda. Todo un aviso para el equipo español.