Estadio Deportivo3 min lecturaPekín/Shanghái, 29 dic (EFE).- China afronta 2022 con el reto deportivo de organizar en Pekín los JJOO de Invierno amenazados por la covid y el boicot diplomático.
ANULAR LA COVID Y LOS BOICOTS ANTE LOS JJOO DE INVIERNO
En febrero, dará comienzo la tercera cita olímpica consecutiva que se celebre en Asia, después de la de 2018 de Pieonchang (Corea del Sur) y los pasados Juegos de Tokio y también supondrá la primera de invierno que albergue China, que tendrá que lidiar con el boicot diplomático a los Juegos liderado por Estados Unidos.
Además, los Juegos habrán de celebrarse en sintonía con la estrategia china de cero covid y con la amenaza de la contagiosa variante ómicron, bajo estrictas medidas de prevención como la exclusión de público venido del extranjero y la total separación entre la población local y los atletas y periodistas extranjeros, que habrán de permanecer en una "burbuja" durante su estancia en la capital china.
CONTROL DE DAÑOS DEL CASO PENG SHUAI
La Asociación de Tenis Femenino (WTA) y la Federación Internacional de Tenis (ITF) no celebrarán ningún torneo en China a raíz del caso Peng Shuai, que desveló un encuentro interpretable como un abuso sexual con el ex vice primer ministro chino Zhang Gaoli.
Pese a que la celebración de competiciones internacionales en China ya era de todas formas complicada debido a la pandemia, quedará por ver en 2022 si la atleta sale de China para participar en algún evento, fuera del foco de los medios estatales chinos, que han hecho hasta ahora de intermediarios entre Peng y el resto del mundo.
REVERTIR LA CRISIS DEL FÚTBOL CHINO
Los días en los que los equipos chinos podían fichar futbolistas de nivel reconocido en Europa quedan ya muy lejos: los clubes chinos ya acumulaban pérdidas antes de una pandemia que los ha dejado todavía más maltrechos, con 12 de los 16 integrantes de la liga retrasándose en el pago de salarios a sus jugadores.
A esta difícil situación en la liga se une la casi segura ausencia de China en Catar 2022 tras una nueva decepción en la fase de clasificación al Mundial, torneo en el que su selección no compite desde 2002 pese a los esfuerzos gubernamentales por elevar el nivel futbolístico del país: ni siquiera la naturalización de algunos jugadores de origen brasileño ha logrado revertir la situación.