GIMNASIA SELECCIÓN

La artística femenina, ante el ciclo más corto y el reto de "ser lo que fue"

La artística femenina, ante el ciclo más corto y el reto de "ser lo que fue"
La artística femenina, ante el ciclo más corto y el reto de "ser lo que fue"
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 6 min lectura

Madrid, 22 abr (EFE).- "La gimnasia es el único deporte en el que las normas cambian cada cuatro años": nuevo ciclo olímpico, nuevo código de puntuación. Para colmo, el actual ciclo será el más corto de la historia. Solo tres años.

En ese tiempo la seleccionadora española de artística femenina, Lucía Guisado, quiere lograr que su equipo se adapte a los cambios, se clasifique para los Juegos de París 2024 y, sobre todo, "que vuelva a ser lo que fue: importante en Europa".

"Para mí esto es pasión, me gustan los retos difíciles. Las cosas son así y la meta es estar otra vez en los Juegos con el equipo completo. Hacerlo por segunda vez consecutiva nos daría más afianzamiento", comentó Guisado sobre el objetivo de repetir la clasificación que lograron para Tokio 2020, primera vez desde Atenas 2004 que acudió la selección entera. En Grecia la selección ocupó la quinta plaza.

"Pero no queremos estar en los Juegos por estar, tenemos que buscar un poco más, lo de otras épocas: ser un equipo competitivo, con solvencia, que pueda optar a estar lo más cerca posible de la élite", advirtió.

Para cumplir "ese ideal", Guisado y sus gimnastas saben que el camino presenta ciertas dificultades.

"Después de un ciclo anterior tan raro, con un año de más, con un parón tan extraño por medio debido a la pandemia, lo que era normal ha dejado de serlo", explicó a Efe la seleccionadora.

Por ejemplo, este año pos-olímpico, que en condiciones normales sería de transición y de adaptación al nuevo código, esta vez ya es selectivo: los campeonatos de Europa de Múnich, en agosto, son clasificatorios para los Mundiales de Liverpool en octubre, que ya reparten algunas plazas olímpicas y a su vez abren la llave de los de 2023 en Amberes, que decidirán el resto de plazas.

Los 13 primeros equipos en Múnich pasarán a Liverpool. "A priori un objetivo accesible", según Guisado. "Pero los otros países también quieren ganar, no hay que bajar el pie del acelerador ni un poquito".

El duodécimo lugar que firmó el equipo en los Mundiales de Stuttgart 2019 es la barrera de la que la entrenadora no querría bajar.

"Las últimas participaciones de esta selección fueron Stuttgart y Tokio y no podemos dar pasos atrás, hay que intentar alcanzar ese nivel y superarlo", dijo.

Para alcanzar esa meta, Guisado cuenta con un grupo de gimnastas amplio en número y desigual en cuanto a experiencia: desde algunas que ya han sido olímpicas a otras recién salidas de la categoría júnior que empiezan ahora a competir internacionalmente.

Como le sucedió en los Juegos de Tokio, el equipo está condicionado por las lesiones.

Ana Pérez, olímpica en Río 2016 y que se perdió la siguiente edición tras un desgraciado accidente relacionado con el temporal 'Filomena', tuvo que volver a operarse de un pie y continúa trabajando con los fisioterapeutas.

Cintia Rodríguez, que renunció a Tokio por problemas de rodilla, está recuperándose de su operación y combina el ciclismo con entrenamientos suaves de gimnasia.

Laura Bechdeju también está operada de un pie y Roxana Popa, "un talento especial", sigue haciendo trabajo físico. Ambas estuvieron en Tokio y Popa fue finalista individual.

Alba Petisco, Emma Fernández, Marina González, Laura Casabuena, Irene Ros, Ainara Sautua, Claudia Villalba, Paula Raya, Mar Guardiet, Sara Pinilla, Claudia Coronado, Lorena Mediana, Laia Font y Ona Sánchez son otros nombres, de categoría sénior o júnior, en Madrid o en otros centros de alto rendimiento, con las que Guisado cuenta en este ciclo.

"Hay gente joven con muchas ganas y mucho talento, estamos tratado de que se formen y sean valientes para seguir en la línea de Stuttgart", dijo la preparadora, que fogueará a sus gimnastas antes de los Europeos en una Copa del mundo en Eslovenia y en los Juegos Mediterráneos de Orán, ambos en junio. "Para ver cómo estamos por fuera y cómo nos puntúan".

Los fundamentos del nuevo código son los mismos que los de anterior ciclo, pero, explicó Guisado, "se han incorporado exigencias en la parte artística muy importantes, y ya han avisado de que las jueces se van a fijar mucho en eso".

"Cuesta adaptarse, son cosas muy específicas que requieren mucho trabajo de ballet. Nosotras solemos tener un nivel de ballet alto y ahora la parte coreográfica se tendrá muy en cuenta", señalo Guisado.

También han bajado los valores de algunos elementos, por ejemplo en salto. "Eso te resta nota, así que hay que intentar hacer saltos de mayor dificultad".

"Son una serie de cosas a las que hay que adaptarse en menos plazo porque solo un año después de los Juegos ya se hace la primera criba de selección. La exigencia empieza ya, es mucha carga de repente", dijo.

"Con el aplazamiento de los Juegos de Tokio, un año de más fue mucho. Y ahora un año de menos es muy poco. Pero somos guerreras y pelearemos hasta más no poder", aseguró la seleccionadora.

Natalia Arriaga

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