FÚTBOL RUSIA 2018

Un estadio de fútbol, el nuevo campo de batalla en Stalingrado

Volgogrado (Rusia), 23 ago (EFE).- La antigua Stalingrado no olvida la guerra contra Alemania, pero ahora quiere que el campo de batalla sea el estadio construido en el lugar donde tuvieron lugar los combates más cruentos de la contienda mundial.

Un estadio de fútbol, el nuevo campo de batalla en Stalingrado
Un estadio de fútbol, el nuevo campo de batalla en Stalingrado - EFE
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Volgogrado (Rusia), 23 ago (EFE).- La antigua Stalingrado no olvida la guerra contra Alemania, pero ahora quiere que el campo de batalla sea el estadio construido en el lugar donde tuvieron lugar los combates más cruentos de la contienda mundial. "No estamos en contra, al contrario, estaríamos encantados de que se enfrentaran Rusia y Alemania en el mismo grupo del Mundial, pero para eso hay que esperar al sorteo", dijo Andréi Bocharov, gobernador de Volgogrado, a la prensa. Varios reporteros alemanes participan en la gira organizada por la FIFA por las ciudades sede del torneo y que les trajo a esta ciudad, coincidiendo con el 75 aniversario del bombardeo de las tropas hitlerianas que dio inicio el 23 de agosto de 1942 a una batalla que cambió la suerte de la Segunda Guerra Mundial. "Sería la noticia del Mundial, pero tendríamos que dejarnos ganar", comentó irónicamente uno de los reporteros. Fueron 200 días de combates en un puñado de terreno a orillas del Volga, secuelas que aún se pueden sentir hoy en Volgogrado, donde se siguen encontrando proyectiles, minas y armamento de diverso calibre, además de restos de los soldados caídos en ambos bandos. Precisamente, en el solar donde ha sido construido el estadio mundialista se encontraron más de 300 bombas y varios cadáveres de soldados del Ejército Rojo, según informaron a la prensa internacional representantes de la empresa constructora. "Este es un lugar histórico, pero estoy seguro de que no solo para los pueblos de la antigua Unión Soviética, sino también para todos los pueblos de Europa y del mundo", destacó Bocharov. El estadio, que tiene capacidad para 45.000 espectadores, ha sido erigido al lado del Volga y a unos pocos cientos de metros de la estatua más alta de Europa, La Madre Patria, y de un gigantesco memorial que simboliza el alto precio en vidas humanas que pagó la ciudad por la victoria sobre Alemania. De hecho, la colina en la que se encuentra el famoso monumento -una mujer con una espada en la mano llamando a defender la patria del invasor nazi- es una fosa común con los restos de cientos de miles de soldados caídos. La batalla de Stalingrado es un pasado muy presente en la vida de esta ciudad de más de un millón de habitantes, sea en los tanques y piezas de artillería expuestos al aire libre, sea en las llamas eternas en homenaje al soldado desconocido y la omnipresente simbología soviética, que incluye estatuas de Lenin. "Nadie como nosotros sabe lo que es la guerra, por eso necesitamos la paz, no queremos una guerra", subrayó el gobernador, quien recordó la visita hace dos años a la ciudad del entonces ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier. Volgogrado es una ciudad muy futbolera, lo que se demuestra en que el 2 de mayo de 1943, tres meses después de la capitulación del General Friedrich Paulus, el antiguo estadio acogió "entre escombros y ruinas" un partido de fútbol entre el Dinamo local y el Spartak Moscú. En septiembre será colocado el césped, ya que en verano las temperaturas pueden superar los 40 grados, y el estadio será inaugurado el 9 de mayo de 2018 -coincidiendo con el aniversario de la victoria en la Gran Guerra Patria contra Alemania- con la final de la Copa de Rusia. "El Mundial abrirá una nueva era en la ciudad. La batalla de Stalingrado es nuestra historia, pero Volgogrado debe crear un nuevo futuro", señaló a Efe el alcalde de la ciudad, Andréi Kosolápov, un antiguo deportista de dos metros de altura. El estadio acogerá cuatro partidos de la primera fase del Mundial, tras lo que será el hogar del histórico Rotor, que fue uno de los equipos punteros en Rusia tras la caída de la URSS, pero que ahora milita en la división de plata del fútbol nacional. "Será un Mundial fantástico. Volgogrado es una ciudad que está loca por el fútbol. Además, no dudo que el estadio se llenará a rebosar tras el Mundial", comentó a Efe Valeri Yésipov, antiguo jugador y actual técnico del Rotor. El principal embajador de Volgogrado es la legendaria zarina de la pértiga, Yelena Isinbáyeva, quien siempre ha presumido de ser oriunda de esta ciudad, conocida por su diversidad étnica, no en vano la atleta tiene sangre caucasiana. Pocos recuerdan ahora que esta ciudad se llamó históricamente Tsaritsin desde su fundación en 1589 hasta 1925. Ostentó el nombre de Stalingrado solo hasta 1961, cuando lo perdió y pasó a llamarse Volgogrado.
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