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Alcácer, el goleador de piedra

Alcácer, el goleador de piedra
Alcácer, el goleador de piedra - Manuel Sánchez Gómez (Cardiff, Gales)
EFEEFE4 min lectura

Sonaba 'Made of Stone' ('Hecho de piedra', en castellano), de la banda de Manchester The Stone Roses, cuando Paco Alcácer afinaba en el entrenamiento la puntería de cara a portería, la opuesta a la que le consagraría en la noche galesa.

Eran los prolegómenos del partido y unos últimos disparos le prepararon para su primera titularidad bajo el mando de Luis Enrique, en un estadio que tardó en conquistar cercar de diez minutos, con una definición sobria y certera.

Después de unos partidos mágicos con su nuevo equipo, el Borussia Dortmund, Alcácer, olvidado en el Barcelona, Alcácer volvió a la Selección y lo hizo con gol y dejando claro a Luis Enrique que puede confiar en él.

Su primera toma de contacto con el nuevo proyecto no pudo ser mejor. Suso le puso un balón dentro del área, lo recogió, se acomodó el cuerpo y con un disparo en parábola dejó boquiabierto a Wayne Hennessey, meta de Gales.

El cuero había entrado por toda la escuadra y la reacción de Alcácer fue de absoluta normalidad, como si solo fuera uno más. Lo celebró con sus compañeros cerca del córner y volvió a su posición en el campo. Acompañando a Morata arriba e intercambiándose con él entre una banda y la punta de ataque, la defensa galesa les dio todas las facilidades para no complicarles la existencia.

Les obsequiaron con espacios, no les recibieron con hachazos e incluso se permitieron el lujo de defender con estrépito los balones parados de España, como expuso el gol de Sergio Ramos de cabeza.

Con la complacencia de Gales, que siguieran cayendo goles era cuestión de tiempo y de las ganas de un Alcácer que se lo tomó como lo que era, una oportunidad para reivindicarse, y luchó y peleó cada balón hasta desesperar a los 52.000 aficionados reunidos en Cardiff.

Con siete goles en 170 minutos con el Dortmund esta temporada, Alcácer ve puerta con una facilidad pasmosa, la que su estado de gracia le permite, e incluso los defensas rivales parecen buscarle.

Un mal despeje de la débil línea de atrás de los 'Dragones Rojos' hizo que, ante el desconcierto, Alcácer, más avispado que el resto, intuyera la trayectoria y fusilase, desde casi el área pequeña a Hennessey.

Su octavo gol con la Roja en catorce partidos. Un balance de más un gol cada dos encuentros que le hacen presentar su candidatura a delantero titular de un equipo que en Rusia adoleció falta de gol y que añora a un '9' como en los tiempos de David Villa.

Esta vez, Alcácer sacó el puño, pegó un pequeño saltito y se abrazó con los suyos, porque el hombre sobrio y de piedra también resalta sus emociones, sobre todo, cuando van acompañadas de un gol y con los acordes de 'Made of Stone' ya casi apagados en los recovecos de Cardiff.

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